La exitosa experiencia educativa del colegio de Chapinería

El CEIPS Santo Ángel de la Guarda, ubicado en Chapinería es diferente, muy diferente. Bajo una misma dirección se encuentran tres edificios que ofrecen tres niveles educativos muy dispares, Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria (ESO), que han optado por metodologías más activas, como el Aprendizaje por Proyectos y el Aprendizaje Cooperativo, como proyecto propio de centro.

En esta ocasión visitamos el edificio de secundaria, donde hay un grupo por nivel (1º, 2º, 3º y 4º de la ESO). Uno se da cuenta de su originalidad nada más entrar. Una mesa de ping-pong nos da la bienvenida y, justo al lado, aprovechando el hueco de unas escaleras, descubrimos el ‘Rincón Chino’, con sus alfombras y cojines coloridos, todo limpio y ordenado, impoluto se podría decir.
La jefa de estudios de secundaria, Fernanda  Miguéns, nos enseña el centro y nos explica el proceso de transformación pedagógica que ha llevado a este centro público a ser un ejemplo de cómo la educación se puede abordar con éxito con otras novedosas metodologías: “En enero del año pasado nos dimos cuenta de que los resultados no eran todo lo buenos que queríamos y teníamos que hacer algo para cambiar y mejorar. Empezamos a escuchar experiencias realizadas en aprendizaje cooperativo, trabajo por rincones, iniciativas con proyectos, y fuimos cogiendo lo que más nos interesaba para el centro. El aprendizaje cooperativo nos pareció ideal, y empezamos a formarnos en esta particular metodología, viendo experiencias de otros centros, leyendo bibliografía y haciendo cursos de formación. El trabajo por proyectos es algo más complicado, aunque lo pretendemos introducir en secundaria el curso que viene”.

Dia del libro. Alumnos de secundaria cuentan cuentos a los de infantil.

Día del libro. Alumnos de secundaria cuentan cuentos a los de infantil.

Los espacios para dar clase también se han transformado. Vemos algunas aulas donde los pupitres individuales se han sustituido por mesas de equipo. “Además, como no teníamos sitio para hacer rincones en el aula, al comienzo de este curso convertimos distintas pequeños zonas comunes del centro en espacios para dar clase, decorados con distintos ambientes. Así, tenemos una ‘Sala del silencio’, un ‘Rincón Chino’ y un ‘Rincón Árabe’  donde dar clase y donde poder juntarse los chavales durante el recreo”. Descubrimos que las paredes de un pasillo las han convertido en lo que llaman ‘La línea del tiempo’, en la que cuelgan trabajos y murales de diferentes materias, ordenados por épocas, desde la prehistoria al expresionismo tienen su espacio.
La atención individualizada a las circunstancias personales de cada alumno es marca de la casa. Además, el centro ha hecho un gran esfuerzo en generar grupos pequeños, lo que llaman desdobles. También, los miércoles hay Talleres de Cocina y Pintura, a los que los chavales asisten voluntariamente después de las clases, de 14.30 a 17.30 horas. Es sorprendente la alta participación de alumnado en esta iniciativa, quedándose un tercio del centro. “Intentamos que se sientan a gusto en el centro y fomentamos una buena convivencia. Así es más fácil que sean responsables y se sientan implicados en cuidar los espacios o mantener el silencio, lo que de momento está funcionando bastante”.

Un gran póster que, junto con la ´línea del Tiempo´, decora los pasillos.

Un gran póster que, junto con la ´línea del Tiempo´, decora los pasillos.

La jefa de estudios incide en que la LOMCE lo que pide es desarrollar competencias en vez de asimilar contenidos: “Si los alumnos desarrollan competencias, las van a aplicar a cualquier asignatura o ámbito de la vida. Aprender a aprender es básico. Por poner un ejemplo, hemos asistido a varias conferencias y ponencias, y en una de ellas estaba la responsable de recursos humanos de Microsoft; esta mujer lo que nos dijo es que ellos básicamente buscan gente con capacidad de aprender, de autogestionarse su tiempo y de actualizar permanentemente el conocimiento”.
En este centro los profesores hacen Peer Review (en inglés, “revisión entre iguales”), los profesores pueden asistir a las clases de otros profesores para observarse, tomar notas y posteriormente poner en común las buenas prácticas o las ideas que se pueden mejorar, por lo que existe una retroalimentación entre docentes. También, cuando se puede, como es en algunas materias de 1º de ESO, tienen dos profesores en alguna asignatura, para poder atender la diversidad en el aula, en vez de sacar al alumnado con ritmos o necesidades distintas.
Fernanda Miguéns nos explica cómo decidieron eliminar los libros de texto. “Fue una decisión consensuada. Consideramos que los libros lo dan todo hecho al profesor y al alumno. Pero creemos que generar nuestros propios textos y ejercicios, y que los alumnos los tengan en Internet, ofrece más posibilidades de aprendizaje. Por otro lado, con las técnicas de aprendizaje cooperativo o las exposiciones de los temas se ponen en marcha un montón de habilidades al mismo tiempo, con lo que la evaluación del aprendizaje, como el aprendizaje en sí mismo, es más completa que un simple examen escrito”.
Por otro lado, aunque no haya que comprar libros de texto a principio de curso, cada alumno pone 100 euros para la cooperativa del centro. Con este dinero, además de comprar cuadernos, bolígrafos, etc. para los alumnos, se realizan actividades culturales en el centro, se contratan cuentacuentos o artistas que van al centro, y se realizan diversas actividades extraescolares fuera de Chapinería.

Alumnos en el 'Taller de cocina' después de la jornada escolar.

Alumnos en el ‘Taller de cocina’ después de la jornada escolar.

Otra peculiaridad de este centro es que no tiene deberes al uso o al menos en muchas de las jornadas. Cuando salen de clase los alumnos ven las clases en Internet y, a falta de libros de texto, tienen que revisar y tener impoluto el cuaderno de clase, y aprender a estudiar, a crear el hábito del estudio diario.
Un tema fundamental para poner en marcha un proyecto así es la implicación del profesorado de secundaria. “Por aquí han pasado muchos profesores y al final se van quedando los que coinciden en la línea de trabajo que buscamos. En abril del año pasado expusimos a los profesores los cambios que queríamos y todos dijeron que sí, no hubo excepciones. Yo creo que estos métodos se podrían poner en marcha en otros muchos centros, incluso mucho más grandes. El problema son los profesores, tienes que convencerles, si ellos no quieren no hay nada que hacer. Hay muchos profesores que se aferran a lo que han hecho toda la vida y no quieren cambiar, aunque puedan mejorarse los resultados”.
Ya se acerca el final de curso y por ello nos preguntamos si ya pueden hacer una valoración de resultados. “Es cierto que siguen existiendo los chavales que no quieren estudiar ni esforzarse, aunque sea un poco, pero el propio sistema ha hecho que hayan desaparecido los exámenes en blanco, los unos y los doses. Aunque pasen de lo académico, los chicos no quedan descolgados como antes”.
Cuando uno abandona el centro y ha visto la implicación e ilusión de profesores y de alumnos, no puede evitar sentir la imperiosa sensación de que el futuro de la Educación pasa por experiencias como esta, de que los métodos educativos deben repensarse y actualizarse de forma urgente si no queremos seguir teniendo los niveles de fracaso escolar en los alumnos y de frustración en los profesores que sufrimos en la actualidad.

“Aprendemos mucho más por nuestra cuenta, nos hace más independientes, organizados y creativos”

Erika, Danae  y Saioa, alumnas de 4º de la ESO, explican con una claridad de ideas sorprendente algunas de las novedades que están experimentando en sus clases diarias.
“Hemos vivido muchos cambios a mejor. Las matemáticas, por ejemplo, que eran complicadas, ahora son mucho más fáciles; las clases teóricas las tenemos en videos que los vemos en casa a través de Internet, de esa manera podemos ver las explicaciones cuantas veces queramos, y las clases las dedicamos solamente a resolver dudas y a hacer ejercicios, que es realmente como se aprenden las matemáticas. Después tenemos que hacer un trabajo al trimestre y nos dejan relacionar varias asignaturas en un mismo trabajo, por ejemplo, Historia y Biología o Física con lo que la nota nos vale para ambas asignaturas.

Las alumnas de 4º ESO en el 'Rincón Chino'.

Las alumnas de 4º ESO en el ‘Rincón Chino’.

Los trabajos los hacemos y exponemos por parejas, y además los compartimos mediante EDMODO (plataforma informática), por lo que todos vemos el trabajo de los demás. También, la mayoría de tareas que hacemos en todas las asignaturas las hacemos en grupo, por lo que entre compañeros nos explicamos lo que no entendemos y es más fácil aprender y no quedarte atrás.
El no tener libros de texto nos supone tener que trabajar más, pero está muy bien ya que cuando llegamos a casa nos ponemos con el ordenador y aprendemos a buscar información, a seleccionar y filtrar lo que realmente necesitamos. Este año también utilizamos las enciclopedias de la biblioteca, algo que la mayoría de nosotros no había hecho nunca, no sabíamos ni cómo usarlas y la verdad es que ha sido enriquecedor. Y aprendemos técnicas de estudio, a subrayar, a resumir, a recoger las ideas y conceptos fundamentales.
Con los trabajos nos enseñan a hablar en público, ya que tenemos que exponerlos oralmente ante el resto de la clase. Al principio nos poníamos muy nerviosos, pero poco a poco te acostumbras. Ahora cada exposición que hacemos es mejor que la anterior, pues aprendemos de los errores y los aciertos de los compañeros, lo que está genial para aprender. Además, exponer un tema sin aprendértelo de memoria, explicándolo con tus propias palabras, nos permite mejorar el lenguaje y perder el miedo a hablar en público, algo muy importante hoy en día. También nos enseñan cómo no aburrir, cómo captar la atención del que te escucha o a poner un punto de humor en la exposición para que sea más amena y didáctica.
En los exámenes tenemos una puntuación del uno al siete y después tenemos tres puntos por la exposición. Así, si no se te da muy bien estudiar y sacas un cuatro en el examen, con una buena exposición puedes aprobar.
Además, hemos notado que hay más diálogo con los profesores, si hay un problema lo hablamos abiertamente con lo que mejora el ambiente en clase. Vemos cómo también ellos se están esforzando mucho más, ya que, de ceñirse al libro de texto, dar clase y poner los deberes, ahora se tienen que preparar sus propios materiales, preparar trabajos, combinar esos trabajos con otras asignaturas, etc.
Con esta forma de enseñar aprendemos mucho más por nuestra cuenta, nos hace más independientes y creativos. Estamos seguras de que si nos hacen un examen con otros alumnos que tienen los métodos clásicos, nosotros vamos a ser más originales y vamos a destacar. A nosotras nos parece que es una metodología que nos ayudará mucho en el futuro, en el bachillerato, en la universidad o en la vida laboral”.

Fernando López.

FOTO PORTADA: Actividad de Lengua en la ‘Sala del Silencio’, la cual utilizan también en el recreo, respetando el no hablar

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