• Semana a semana, los distintos grupos de participantes, con edades entre los tres y los 16 años, aprendieron creciendo con el arte, la danza, la música y el circo, disciplina que se ha estrenado con gran éxito etre las actividades de esta Escuela de Verano..Además de trabajar conceptos tan diversos como la psicomotricidad, la vocalización, la plástica y la inteligencia emocional, entre tantos otros, valores como el compañerismo, el trabajo en equipo, el autocontrol y el respeto a las normas han sumando las lecciones más importantes.

Con el Big Bang como ‘estallido’ final, los alumnos de Ars Vivendi, escenificaron el gran logro de esta Escuela de Verano, especialmente centrada en las enseñanzas artísticas. En total, a lo largo del mes de julio pasaron por estas aulas más de 400 escolares, decididos a ‘estudiar’ el arte en sus múltiples dimensiones, teatro, danza, música y hasta circo, porque este fue una de las grandes novedades en el programación de este 2016. Apostar por la disciplina que ha logrado despertar gran interés entre los peques, pero también en los chicos y chicas de más edad. Y es que el abanico de destinatarios ha sido tan amplio como los temas abordados. Desde los tres a los dieciséis años, los menores han tenido ocasión de seguir estas clases, al tiempo muy amenas e interesantes, que les hacen realmente crecer descubriendo sus capacidades e ingenio, y, sobre todo, les hacen avanzar en su formación en valores como el compañerismo, el trabajo en equipo, la necesidad de respetar las normas y autocontrol.

En suma, buen balance el que rubrica esta gran apuesta de la Concejalía de Educación y Cultura y Educación, a cargo de Encarnación Robles. Una iniciativa que sigue consolidándose en la agenda local al contribuir a fomentar el desarrollo de las habilidades que se presentan como auténticas herramientas de gran utilidad al servir de base para nuevas e igualmente exitosas experiencias de cara al futuro. Y todo ello sobre un dinámica sencilla y especialmente participativa, culminada siempre en clave de fiesta. Porque cada semana un proyecto distinto sirvió el hilo conductor a la hora de trabajar muchos y muy variados conceptos, desde la psicomotricidad, coordinación, ritmo y oído, a la plástica, proporciones, anatomía, vocalización, memoria, inteligencia emocional y creatividad. Todo un compendio de ‘asignaturas’ que terminaron plasmándose, de modo realmente formidable, sobre las propias tablas de la Giralt Laporta, festival tras festival. Y es que cada detalle ha contado en esta nueva edición de Ars Vivendi, incluidos los menús preparados especialmente para complementar cada uno de los proyectos, haciendo probar a los vivendis nuevos sabores y texturas, no en vano, incluso la semana en la que se trabajaron los colores, la comida cobró cada día, literalmente, un tono distinto.

La gran implicación de los profesores de la EMMDEA y el nivel de atención mostrado por los estudiantes, derrochando ilusión y simpatía en todo momento, se presentan así como las auténticas claves del sobresaliente entusiasmo despertado, una vez más, con esta original Escuela de Verano.