
- El alcalde de Cebreros y diputado socialista reclama dotación financiera para ella, ya que no ha sido derogada y es bien vista por la mayoría de fuerzas políticas.
“El mundo rural necesita de sensibilidad política y estrategias que refuercen las actividades económicas frente a la despoblación”, ha dicho Pedro Muñoz quien ha pedido al Gobierno que “rescate la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, sin más dilación, tras la aprobación, hace ya 6 meses, de una Proposición No de Ley en la comisión de Agricultura del Congreso”.
El diputado abulense ha criticado que “el Gobierno del PP muestre una especial inquina con el entorno rural con hechos como la casi abolición de la Ley aprobada en 2007 por Zapatero. Una ley para la que pedimos dotación financiera, ya que no ha sido derogada y es bien vista por la mayoría de fuerzas políticas”.
Pedro Muñoz ha recordado que “el 54% del empleo que se crea hoy en Europa se genera en el medio rural a través de la actividad agroalimentaria, la innovación emprendedora, los servicios a la población y el llamado empleo verde. Debemos apoyar a los emprendedores con el objetivo de fomentar el empleo en las zonas rurales y evitar su despoblación, garantizando la integración en las sociedades de la información y habilitando medidas fiscales que incentiven la inversión.”
LA CARTA DEL CONTRATO DE LA SIEGA
A Paco, mi padre, que en sus años mozos fue segador errante.
Al llegar la primavera
la carta se recibía
con desbordante alegría.
Oliendo a sudor y a era,
a espiga y a rastrojera.
Portaba dos buenas nuevas:
el pan para el segador,
reanudo de labor,
dinero en las casas cuevas,
y advenimiento de brevas.
Organizar la cuadrilla,
segadores y un atero,
y echar mano al refranero:
“compañero ancha es Castilla,
y el sol nos alumbra y brilla”.
Con las alforjas al hombro
hombres recios y curtidos,
los aperos bien asidos
sin sorpresa y sin asombro
ya no están y no los nombro.
Compartiendo pan y sal,
su afán y pobres destinos,
errantes por los caminos
duros como el pedernal,
siempre en busca de un jornal.
Por sendas y vericuetos
llegaban hasta el Molar,
con las piedras de amolar
quemados los esqueletos,
y en la vestimenta escuetos.
Después a Villacastín,
y el páramo castellano
en el tórrido verano,
de uno al otro confín
trigos en surcos sin fin.
Dormían en los rastrojos
o con suerte en un pajar
la hoz en hendir y cortar,
heridos por los abrojos
y de sol ciegos los ojos.
Se ajustaban por fanega,
perdidos en la llanura
con ardor de calentura,
y el sudor que todo anega
en cuanto la hoz se despliega.
Tras tres meses de labor,
de quebranto de riñones,
soñando con los jamones,
retorno confortador
y entre familia el calor.
Y allá lejos columbrada
ven la imagen de la Peña,
de Cenicientos su enseña,
con moneda bien ganada
y la arribada soñada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho