Homenaje a una de las grandes heroínas de la II Guerra Mundial, la enfermera polaca Irena Sendler.

A veces una historia te asalta y te obliga a intentar contársela a los demás. Quizá esta sea la idea que existe detrás de la escritura de la nueva novela del escritor y comunicador de Navas del Rey, Javier Fernández Jiménez, Semillas bajo el manzano (Istarduk Ediciones), un alegato a favor de la guerra y de la heroicidad sin medallas y sin la búsqueda del reconocimiento; un texto que rinde homenaje a una de las grandes heroínas de la II Guerra Mundial, la enfermera polaca Irena Sendler.
Sendler tenía 18 años recién cumplidos cuando se erigió en uno de los rincones más mortíferos y terribles del mundo, el Gueto de Varsovia, donde se hacinaban miles y miles de personas que los nazis consideraban enemigos. Casi sin saber cómo, Irena se convirtió en el Ángel del Gueto. Junto con toda una red de colaboradores, consiguió rescatar y salvar del hambre, de la enfermedad y de la muerte a más de dos mil niños y niñas.
Aunque quizá lo más impresionante de esta heroicidad no fuese la cantidad de niños salvados ni la voluntad inquebrantable de la joven, a la que condenaron a muerte e incluso llegaron a partirle las piernas para que confesara dónde estaban esos niños y la red que colaboraba para salvarlos; algo que, por supuesto, no dijo. Es probable que lo más impresionante y loable de todo lo que hizo Sendler fue que, al terminar la guerra, no sintiese la necesidad de contar lo que había hecho durante la misma, que viviera una vida tranquila y anónima hasta que, ya con muchos años, un grupo estadounidense de adolescentes que realizaba un trabajo sobre la contienda descubriera sus hazañas.
Es probable que ahí resida el verdadero valor de las acciones realizadas para ayudar a los demás: no necesitar contarle a los demás lo que has hecho o afirmar, como hizo Irena cuando llegaron a preguntarle ‘solo hice lo que había que hacer, debí salvar a más’.
Irena Sendler, ya con 90 años, fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2008, un premio que finalmente recayó en el que fuera vicepresidente de los EEUU, Al Gore. Puede que en ese 2008 empezara a fraguarse el libro que desde esta misma semana está en librerías y que es recomendable para lectores y lectoras a partir de los 11 o 12 años. Semillas bajo el manzano es una novela de aventuras y de héroes que no solo habla de Irena y de su heroicidad, sino que habla de todos esos héroes anónimos que contribuyen a que la historia cambie para aquellos a quienes tienen cerca. Habla de los desastres de la guerra y habla de los empeños de unos pocos para que cambie el mundo de todos. En esta historia también aparece otro personaje heroico y fundamental en el mundo de la pedagogía, Janusz Korczak.
La cuidada edición propuesta por Istarduk Ediciones incluye unas impresionantes ilustraciones de otra creadora de la Sierra Oeste de Madrid, la ilustradora y artista plástica residente en Fresnedillas de la Oliva, Saskia Huiskamp. Como afirmaba en sus redes sociales el autor de la novela hace unos días, ‘ojalá hablar sobre la guerra contribuya a que haya paz’. En los tiempos que corren, qué falta nos hacen historias y personas que nos cuenten que la paz, en todos los casos, es siempre más necesaria que ninguna guerra.
Con la publicación de Semillas bajo el manzano, Javier Fernández remata la Trilogía de la guerra que empezó hace ya muchos años con Un ejército para Hans y continuó con El paseo de Jaima.

Dionisio Sánchez.