
- Todo un nombre con mayúsculas en la sastrería taurina, Justo Algaba apuesta por la Giralt Laporta para acercar al gran público, por vez primera a nivel nacional, una destacada selección de trajes de torear, “que son parte de un importante patrimonio cultural, único en su género”.
- Organizada por la Concejal de Educción y Cultura, Encarnación Robles, y enmarcada en la celebración de las Fiestas de San Blas, y en paralelo a la Feria que abre temporada, la muestra podrá visitarse del 2 al 6 de febrero, resultando de interés para todo el que quiera conocer mejor el sentido de esta prenda y observar de cerca la amplia gama de bordados, colores diseños y dibujos.
Transcendiendo del vínculo con la fiesta, para mostrarse en su auténtica dimensión como exponente de arte y cultura, el vestido de luces, con todo su pasado, presente y futuro, se hará presente en Valdemorillo. Y ello gracias a la organización de una exposición “realmente insólita”, tal como subraya Justo Algaba, destacado sastre taurino que presenta en primicia, en Valdemorillo, una interesante selección de piezas que permiten observar de cerca la más amplia gama de bordados, colores, diseños y dibujos. Promovida a iniciativa de la Concejalía de Educación y Cultura, Encarnación Robles, la citada muestra representa la primera vez que se acerca al gran público esta visión del traje de luces a través de su evolución y como interesante patrimonio cultural.
Será del 2 al 6 de febrero, en paralelo a la celebración de las Fiestas de la Candelaria y San Blas, y de la Feria que abre temporada, cuando podrán visitarla todas aquellas personas que sientan curiosidad e interés por comprender de donde arranca el traje de luces y cuál es su verdadera dimensión. Articulada en cuatro apartados, reunirá cerca de unos cuarenta vestidos de torear. En relación al pasado, se hará visible con ellos la evolución de esta artística prenda desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, y ya el presente se mostrará en otra evolución, la registrada por el traje goyesco en estos últimos treinta años. Para completar el amplio arco temporal que se abarca, también se exhibe lo que es y será el vestido de luces en el futuro.
Arte y cultura son el eslabón que engarza cada una de estas partes, de modo que se logra que Valdemorillo haga poisble esta ocasión “realmente única” para ver y, sobre todo, conocer de dónde arranca el traje de luces y su verdadero valor, importancia y sentido.
LA LITURGIA DEL TRAJE DE LUCES
Bajadas las persianas
resalta la montera
sin luz en las ventanas
y el toro ya a la espera.
Entra el mozo de espadas
y al diestro le despierta
tardes acaloradas
de afición a la puerta.
El diestro se levanta
despereza y afeita
y algún temor espanta
si en triunfo se deleita.
El mozo en mano tiene
la estrecha taleguilla
y una silla sostiene
flamante chaquetilla.
Liturgia de la gloria
al embutir el traje
que tal vez haga historia
oculta en su ropaje.
Las medias son de seda
y a tono va el fajín
y al conjunto le queda
al cuello el corbatín.
Camisa con chorreras
luz en los alamares
brillantes las hombreras
que alejan los pesares.
Negras las zapatillas
topacio los tirantes
huyen las pesadillas
de toreros triunfantes.
Colgantes van los machos
que dicen del valor
y son yelmo y penachos
en campos del honor.
La coletilla puesta
probada la montera
ya tiene la respuesta
y toda duda fuera.
Ante el altar se inclina
que tiene improvisado
la intervención divina
nunca la ha desechado.
Con capotillo en mano
con el que hará el paseo
el torero va ufano
al coso del deseo.
Los trajes de la terna
del arte y de la muerte
viven la pugna eterna
del Dios reparta suerte.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
TOROS Y TOREROS
-Juan a ti solo te falta morir en la plaza.
-Todo se andará, don Ramón, todo se andará.
(Diálogo entre el genial Valle-Inclán y el genial Belmonte)
Iberia es tierra de toros
desde los tiempos remotos,
con turbión y terremotos
y la invasión de los moros.
Árabes con sus corceles,
caballos de finas patas,
ya daban sus serenatas
a damas en redondeles.
Los caballeros cristianos
se auxiliaban de peones,
y hacían evoluciones
sin las riendas en las manos.
Torero fue el Rey Planeta
y Juan de Villamediana
el de vida cortesana
poeta de vida inquieta.
Los Pontífices de Roma
lanzan rayos y anatemas,
y en el infierno las quemas
a quien a broma los toma.
Y surgieron los Romero
en la vieja y bella Ronda,
del toreo mito y fonda
del muletazo primero.
Pedro Romero en la estima,
en su lidiar tan cimero,
en su tiempo fue el primero
en la escalada a la cima.
Dio lidia a cinco mil toros
sin sufrir nunca un rasguño,
y fue moneda y fue cuño
de los triunfos más sonoros.
Costillares en Sevilla,
verónica y vuelapié,
treta y maravilla fue,
que en bronces grabado brilla.
Con Cúchares, y Pepe- Hillo
dando brillantez y lustre,
haciéndola más ilustre,
y lustrándola de brillo.
Chiclana y Francisco Montes:
¡loor para el gran Paquiro!,
su arte permanente admiro
sobre viejos horizontes.
Organizó las cuadrillas,
y con su arte inmarcesible
hizo todo lo posible
porque no fueran gavillas.
Curro Guillén, fue de Utrera,
torero de raíz honda,
muerto en la plaza de Ronda
la de tradición torera.
De Chiclana el Chiclanero
el paisano de Paquiro,
que no se daba un respiro
queriendo ser el primero.
Cayetano Sanz, Madrid,
honra y prez de nuestra villa,
muriendo en Villamantilla
ya apartado de la lid.
Con toreros legendarios,
desfilando por la historia:
abrid paso en mi memoria,
parando los calendarios.
Evocad a Lagartijo
compitiendo con Frascuelo
en el anillo del cielo,
aplaudiéndoles Dios-Hijo.
El Gallo va con Guerrita,
a caballo de dos siglos,
apartad de mí vestiglos
que el toreo nos concita.
Reverte y el Espartero,
van con Rodolfo Gaona,
de México una corona
y el cetro de un gran torero.
Floreciendo una Edad de Oro,
como en la literatura
que en la España sin ventura
sacudió al mundo del toro.
Con Belmonte y Joselito
dos imponentes colosos,
de nuevo llenos los cosos
con el arte al infinito.
Remontándose en la esfera
con la afición desbordada,
la multitud trastornada
hasta el día en Talavera.
Luego estraperlo y posguerra,
y el arte de Manolete,
que su muleta somete
a la afición de la tierra.
Herencia es de nuestra raza
los toros y los toreros,
callaos los agoreros,
guardaos vuestra amenaza
Buenos toros y carteles
sin darnos gatos por liebres,
y no habrá fugas ni quiebres
llenando los redondeles.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL TORO SALIENDO AL RUEDO EN LA PLAZA DE CENICIENTOS
En tarde sin viento hay lleno en el coso
en la nueva plaza recién construida,
y el timbal y el clarín dan la salida
a un toro cinqueño, astas de coloso.
Figura imponente emerge del foso
fiero resuella y la testuz erguida,
produce asombro la estampa surgida
belleza fiera del tótem fogoso.
Un rayo de sol nimba su cabeza
la impregna de luz riesgo y fortaleza
de una fiesta única ancestral y mítica.
La historia mágica armazón de España:
que sus campos viste, hermosea y baña,
del toro ausente de torpe política.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL FUNDI EN CENICIENTOS
Han dado suelta al burel
y los coruchos se sientan,
y entusiasmados se aprestan
a verle en el redondel.
Arenas de una Babel
repleta de aficionados
ven correr a los astados
y ven lidiar a un torero
en el centro de su albero,
que es El Fundi Pedro Prados.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ENRIQUE PONCE EN CENICIENTOS
Vísperas de alternativa
para un joven novillero
con vitola de torero
y una afición expansiva.
Aledaños de la plaza
hirviendo de expectación,
colas y aglomeración
ante un torero de raza.
De Madrid aficionados
han acudido y en riadas,
ocupan las andanadas
con coruchos enrazados.
Franceses de sur de Francia
dejan atrás Pirineos
hasta el valle en que toreos
atraen en la distancia.
Dicen que todo el dinero
fue a parar a los bolsillos,
derecho hasta los fondillos
del valenciano torero.
Mas la pena mereció
ver al maestro de Chiva,
próximo a su alternativa
y a coruchos deslumbró.
Para nosotros fue honor
ver a Ponce en Cenicientos,
cuando entre estremecimientos
era El Valle del Terror.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DEBUT DE UN TORERILLO EN CENICIENTOS
El clarín vibrante anuncia
al cornúpeto al salir,
y el torero sin ver mira
al toro encerrado allí.
El toro se hace presente
y recorre el redondel,
y el torerito dispuesto
coge el capote con fe.
Le cita desde un extremo
y el toro se arranca fiero,
y la verónica brota
grácil alegre y airosa.
Repite por delantales
y el pase queda lucido,
y en el tendido esperanza
porque va por buen camino.
Se ciñe por chicuelinas
y de toro se reboza,
y emoción en los tendidos
por el aroma de rosa.
El tercio es de banderillas
y toma los palitroques,
fija al toro y zigzaguea
y sale airoso del choque.
Suena de nuevo el Clarín,
el de la suerte suprema
que a toreros quita y pone
desde Romero hasta ahora.
Toma la espada y muleta
tira süave del toro,
y hasta los medios lo saca
y comienza su faena.
La inicia por naturales
y da un pase de las flores,
remata con trincherazos
y con soberbios faroles.
El torerillo está puesto
en arte y conocimientos,
tiene oficio y tiene escuela
y tiene valor y arrestos.
Se perfila y mata bien
y le dan las dos orejas,
y en volandas se lo llevan
los coruchos a su fiesta.
Por Cenicientos El Juli
pasó como un meteoro,
lo dijo Gregorio Sánchez:
“Sera un torero grandioso”.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ALELUYAS TAURINAS DE LOS CORUCHOS
Entrada de los toros
llevo en la mano,
¡qué alegría tan grande,
torito bravo!
¡Aleluya!
Colmada está la plaza
de espectadores,
en el sol y la sombra,
Virgen del Roble.
¡Aleluya!
Torito, te persiguen
en otros lares,
y aquí culto te damos,
coruchos graves.
¡aleluya!
Bota de vino al hombro
la llevo llena,
de una viña que tengo
por la Chorrera.
¡Aleluya!
Olés y pasodobles,
bellas faenas,
y aplausos del tendido
que el viento lleva.
¡Aleluya!
Las mulillas arrastran
la res postrera,
y en casa nos aguarda
merienda y cena.
¡Aleluya!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho