Éxito en las calles y terrazas de los restaurantes de la Leal Villa de El Escorial. Un año más y con mayor afluencia, los locales gastronómicos ofrecen sus exquisiteces al gran público. La oferta se ha extendido a la demanda juvenil con menús de hamburguesa, carne de buey en el Pelotazo o si la prefiere de ave, en Atika. Laerrería desafía las bajas temperaturas con su mollete de secreto y cerveza artesana. El Dosde apuesta por la hamburguesa clásica de ternera bajo una loncha de queso cheddar. El tradicional Segovia ofrece un par de huevos y filete con vino de la Ribera del Duero.
Parada y Fonda lugar obligado de todo viajero del tren de Felipe II, ensalada de berros, tomate tumako, solomillo. La Antigua Ferroviaria sorprende con la gamba roja mientras que Álgora, visita recomendada para el ‘gurmetista’ de a pie, comienza su menú con una crema de nécoras frescas o alcachofas confitadas, marcadas a la plancha por si el comensal sufre con la elaboración heterodoxa de la sabrosa verdura. El restaurante La Villa no perdona el plato fuerte: picantones, entrecot…lomos de merluza, a golpe de Conde de Siruela, D.O. Ribera de Duero. La Alameda pone los chipirones a la plancha y remata con un brownie. Crepes y postre goloso de nutella en el menú de Post Fata Resurgo; en cambio Enclave nos refresca con una ensalada de mango y aguacate seguido de un entrecot de vacuno. Platos europeos, codillo o surtido de salchichas en Carmelo, buena materia prima junto a la txistorra y chuletón del restaurante Alai, que nada tienen que envidiar las tapas de La Reja, pimientos del piquillo, torta de Aranda con jamón o las sabrosas croquetas de boletus de Los Chicos. Los locales escurialenses esmeran su calidad durante diez días de alegría anticipo de las fiestas navideñas.
Cristina Eguíluz Casanovas.