El Ayuntamiento de Cenicientos recibió unos plantones de árboles de especies autóctonas como encinas, enebros, arces, quejigos… y de arbustos como retamas, olivillas, etc. Estas especies fueron gestionadas a través del IMIDRA.
El problema que se le planteaba al Consistorio era dónde podía hacer una repoblación, tenía las plantas pero faltaba el lugar y quién lo ejecutara.
Encontraron una parcela municipal, dentro del casco urbano y situada en el sur del municipio a unos 300 metros del Colegio Público Suárez Somonte, que había sido hasta los años setenta el vertedero municipal, posteriormente escombrera y, por inercia hasta los últimos momentos, nunca dejó de ser un vertedero incontrolado.
Para la ejecución de poner los plantones se ofreció al colegio. La directora, Águeda Hervás, acogió la idea como algo muy positivo y didáctico para los alumnos: serían los protagonistas de convertir un vertedero incontrolado en un bosque. Al tiempo sugirió al Ayuntamiento la posibilidad de que vinieran agentes forestales de la Comunidad de Madrid para que explicasen a los alumnos cómo hacer las plantaciones, reconocer las plantas y la importancia de lo que estaban haciendo.
La actividad se dio a conocer al Consejo Escolar, pareciéndole muy positivo a la totalidad de su composición. La directora del centro afirmó que “el bosque escolar daba mucho juego al centro tanto para su ejecución, como para en un futuro infinidad de proyectos”.
Al Ayuntamiento le correspondió acondicionar la zona, que era un sinfín de residuos y en la que, tras su limpieza, se procedió a echar más de cuarenta camiones de tierra limpia. También se encargó de ponerse en contacto con los forestales, quienes pusieron todo de su parte haciendo una divulgación pedagógica muy positiva para los alumnos.
Las jornadas, que transcurrieron los días 26 y 29 de abril, fueron muy participativas pues además de los niños, los grandes protagonistas, supervisados por los profesores, asistieron forestales, padres, operarios del Ayuntamiento, concejales e incluso vecinos del pueblo. Como anécdota cabe destacar que el vecino de la vivienda colindante estaba perplejo diciendo: “ayer tenía junto a mi casa un vertedero y hoy tengo un bosque”.
Está prevista una segunda fase consistente en taludar la montaña que conforma el bosque.