Valentín Domingo, originario de Morata de Tajuña, reside desde hace doce años en Pelayos de la Presa, pero lleva viniendo desde hace veinte años por esta comarca. Él ya traía una experiencia en el teatro aficionado y se encontró con Pilar Arias, presidenta de la asociación ALPI que nos acompaña en una parte de esta entrevista. Pilar dice de Valentín que es un hombre que ama el teatro. Él reconoce que nunca ha cobrado por hacer teatro “He sido una persona débil de salud y el teatro me ha dado vida, ese ha sido mi pago.” Valentín comenzó haciendo colaboraciones con el grupo de teatro Thalía de Morata de Tajuña, realizando las escenografías de las obras La ciudad no es para mí, La mal querida, Sublime decisión… y reconoce que con lo que más disfruta en el teatro es creando los espacios escénicos.
Valentín ha ido sembrando por donde ha vivido, en Morata dejó caer la idea de hacer La Pasión, y ya van treinta y tantos años haciéndose. “Lo importante es sembrar, sembrar, yo siempre digo que todo lo que se concibe se realiza, no se sabe cuándo pero al final se va a hacer. Hay que dejar ideas en los sitios.”
En su temporada en Móstoles, dentro de la entonces APA y hoy en día AMPA del colegio de sus hijos organizó un festival de Navidad con la colaboración de ochenta niños y ochenta madres basándose en el cuento de “Las reinas magas” de Gloria Fuertes. Tras aquella experiencia muchas madres quisieron apuntar a sus hijos a teatro. “Ahí entró el teatro en el colegio” Y habría que concretar que ahí entró el teatro escolar en Móstoles porque de aquella experiencia nació el primer certamen escolar de la localidad “Un día me presenté ante el concejal de educación y le ofrecí un certamen de teatro escolar, a cambio de las paredes de un gimnasio en el colegio de mis hijos, el colegio había sido dotado del material de un gimnasio pero no de un espacio donde ubicarlo, la propuesta fue aceptada” Y de aquella semilla de Valentín nació el certamen de teatro escolar donde participaron once grupos de colegios y fue presentado por el prestigioso director de teatro Miguel Narros. Hace ya treinta años de aquello, Móstoles por aquel entonces no disponía de teatros y hubo que acondicionar un espacio para los actos, a día de hoy se siguen realizando las Jornadas de teatro escolar y en las aulas se sigue haciendo teatro.
Pero no solo Valentín ha sembrado en Morata de Tajuña y en Móstoles, también ha sembrado aquí, en la Sierra Oeste. Durante cinco años ha sido el director de la compañía Chicoleo que realizó su primera actuación en la actual residencia Virgen de la Nava. Una asociación que abarcaba once municipios desde Rozas de Puerto Real a Navas del Rey y con la que recorrieron la comarca con obras como Ganas de reñir, Sabino cura traumas, La viuda es sueño o Retazos del Madrid Castizo. Recuerda la buena acogida que tuvo aquel proyecto entre los ayuntamientos, “se les ofrecía una función y ellos se hacían cargo de los desplazamientos, recibimos ayuda de mucha gente”
Hablando sobre dirigir grupos de teatro aficionado Valentín lo tiene claro “el aficionado pone dinero, al contrario que el profesional, hay que dirigirle sin machacarle” También reconoce que a los aficionados, si se lo saben montar les aplauden siempre, pero que lleva su trabajo, no siempre lo hacen bien “Hay que conocer un poco el teatro y hay que amarlo”.
Valentín Domingo lleva cuarenta años dedicado al teatro aficionado y escolar de manera intermitente, llegó según reconoce un poco por casualidad y otro poco por enfermedad, pero él sigue sembrando, ahora nuevamente se ha puesto como director de Alpi, con la que está ensayando una obra que espera, pero no lo ve fácil por cuestiones de tiempo, se estrenará dentro de La Solidaridad a Escena, donde once grupos de teatro de la Sierra Oeste, valle del Alberche y del Tiétar recorrerán muchos de nuestros municipios desde el uno de septiembre hasta el quince de diciembre.
Ante la pregunta de qué aporta el teatro a los que lo practican Valentín habla de su propia experiencia, de cómo ha visto personas que estaban pasando por depresión, o con otras dolencias, mejoraban. “Es la mejor terapia tanto física como mental, rejuvenece.”

Andrés Ruiz.