- Crónica de una tarde, de su palabra y de algunos de sus alrededores.
El día 25 de noviembre ha sido aniversario del nacimiento de personajes ilustres como el gran poeta y dramaturgo Félix Lope de Vega y Carpio, los novelistas José María Eça de Queirós y Pérez Reverte, y además día escogido como protesta contra “La violencia de género”, pero también ha sido día importante para Verbo Azul.
En esta fecha, Verbo Azul hizo comunión de amistad, comunión de paisaje, de palabra, de música, y comunión de ayuda en un acto en favor de los refugiados bajo el paraguas de ACNUR. Y fue todo en San Martín de Valdeiglesias y en su teatro; y fue dulce la comanda, y fue dulce la tarde, y fue dulce el anochecer castellano, y fue, especialmente, bienhechora y dulce la noche y su celebración de la palabra.
Pilar Arias, como cordón umbilical del acto y presentadora del mismo, Rocío Ordóñez Rivera , Paquita Navarrete, Mariana Feride, Ana Bella López, y Juan José Alcolea oficiaron como sacerdotes en la declaración de la palabra; Ana Bella y José Luis Hinojosa Colt Trane), propiciaron la conjugación astral con voces y notas en una impagable actuación que hizo levantar a un público enfebrecido. Todo bajo la atenta mirada de Marisa González, Ángel Muñoz, María Jesús Picazo y Emilio Polo, estos dos últimos tratando de abrazarnos en el objetivo de la cámara.
Los tramadores del acto, Ana Garrido (en su recordada ausencia) y Juanjo Alcolea agradecen en nombre de Verbo Azul a todos los actuantes y los no actuantes, a todos los que acudieron y a los que no y al pueblo de San Martín y a sus gentes por la acogida y el calor.
Que recordada sea la efeméride.
AGUA BEBIÓ
Agua bebió en la esclarecida fuente
de las letras del libro y de la vida,
sin llevar a cabo vida recluida
lo supo desde que era adolescente.
Tuvo clara su vocación ardiente,
la llamada avivada y presentida,
virulencia volcánica surgida
del creativo fuego de su mente.
Sin base intelectual y por su cuenta
estudió a los clásicos con denuedo,
con la pasión y gustos de un esteta.
Incansable avanzó de forma lenta
y guiado por su instinto y por su credo,
nació para las artes el poeta.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS COPLEROS EN CENICIENTOS
Vendedores de coplas y romances de ciegos
deleitaban oídos y sucesos sangrientos,
erizaban cabellos y los niños atentos
las carreras cesaban y paraban sus juegos.
Con romances escritos por iletrados legos,
con las vírgenes violadas con tormentos lentos,
truculencias que caían sobre Cenicientos
traídas por unos errabundos andariegos.
Y en la dulce Plazuela se agolpaba un enjambre
de mujeres y niños de una hirsuta pelambre,
que veían el hacha y los hachazos atroces
cernirse implacables sobre unas viudas galanas,
que en solariegas mansiones abrían ventanas
por las que accedían los asesinos feroces.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS TITIRITEROS EN CENICIENTOS
Una cabra y una mona
y tocando unos panderos,
asoman titiriteros
en carro de desmorona.
“¡Húngaros ya están aquí!”,
grita la muchachería,
y todo es algarabía
que nos gusta a ti y a mí.
La cabra no es cabra, es cabro,
y la mona resabiada
y se siente muy agraviada
en cuanto escucha el palabro.
Titiriteros hambrientos
venidos de sabe dónde,
que su miseria no esconde
llegaban a Cenicientos.
Con panderos y trompetas,
y a crudo bombo y platillo,
te pedían un durillo
vendiendo unas camisetas.
La función se organizaba
en el centro de la plaza,
y un fortachón con la maza
al más viejo golpeaba.
El pobre viejo achacoso,
tumbado sobre cristales,
aguantaba pedernales
en estado comatoso.
Una gran piedra en su pecho
el de la maza rompía.
“¡Que le entre una perlesía
viendo al buen viejo maltrecho!”.
Eso mi abuela decía
a coro con sus vecinas,
de estar de pie ya cansinas
marchándose de estampía.
Otra gritando exclamaba.
“¡Mejor un carbunco negro
como el que tuvo mi suegro
que como un toro bramaba!”.
A continuación vendían
papeletas de una rifa,
y pretextando engañifa
coruchos se escabullían.
De coñac unas botellas
rifaba la pobre gente,
siendo una mano inocente
a la luz de las estrellas.
¿Se ganarían la cena,
los pobres titiriteros,
por los agrestes senderos
que da una vida de pena?
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ANTIGUOS DICHOS DE LOS CORUCHOS
Siendo yo niño decían
en Cenicientos los viejos:
“No miraos en espejos
de azogues que oscurecían”.
Lerdos aquí deslucían
la Buvera y sus roquedos,
enredados en enredos,
sin saber cinchar la cincha
eran burro que relincha
y la cinchaban a pedos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL TORO SALIENDO AL RUEDO EN LA PLAZA DE CENICIENTOS
En tarde sin viento hay lleno en el coso
en la nueva plaza recién construida,
y el timbal y el clarín dan la salida
a un toro cinqueño, astas de coloso.
Figura imponente emerge del foso
fiero resuella y la testuz erguida,
produce asombro la estampa surgida
belleza fiera del tótem fogoso.
Un rayo de sol nimba su cabeza
la impregna de luz riesgo y fortaleza
de un fiesta única ancestral y mítica.
La historia mágica armazón de España:
que sus campos viste, hermosea y baña,
del toro ausente de torpe política.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS SANTOS DE LOS LIBROS
Toda letra acumulada
en mis libros de la escuela,
disgustaban a mi abuela
y los miraba extrañada.
Siendo mi abuela iletrada
imaginaba las rampas
emponzoñadas con trampas
que tiene un libro sin santos,
sin toros corriendo abantos
ni pájaros en estampas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL LENGUAJE CORUCHO
Con arcaísmos compuesto
hallamos nuestro lenguaje,
y es vestidura de un traje
que el corucho lleva puesto.
Y quien se hallare dispuesto
a contradecir mi aserto
en cualquier debate abierto
digo que Lope y Cervantes,
dos españoles gigantes,
así hablaron con acierto.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
SONETO DE AMOR PARA TERESA
Tu cuerpo en plenitud lo he engastado
con buril de los besos de una fuente
de áureas gemas de destello ingente
del cincel al compás enamorado.
Por un pavés cruzado y descruzado
he visto tu cintura diferente
de sílfide y la niña adolescente
en la recia mujer cristalizado.
Andando por caminos paralelos
te convertiste en mujer y me hice hombre
y amantes en ternuras y consuelos.
Si hubo escombros hicimos desescombre
compartiendo inquietudes y desvelos,
y Teresa, al amor le di tu nombre.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ME DICES SIEMPRE ENCANTADA
Me dices siempre encantada:
“¡Qué bien a la letra rimas,
como la pules y limas
dentro del verso engastada!”.
Toma pues, mi enamorada,
con laurel, mirto y canela
a la luz feble de vela
cuando apunta la mañana
con mi beso en la ventana,
te regalo esta espinela.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DE LOS BURILES EL MANGO
De los buriles el mango
fue deformando mis dedos,
y alimentando mis credos
en ir subiendo de rango.
Entre las gemas no hay fango,
pero el mango da durezas
y aristas con asperezas
y callos sobre las palmas,
que van templando las almas
en busca de las certezas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
QUIERO QUE MI VERSO FLUYA
Quiero que mi verso fluya
como el caño de una fuente,
con un mensaje consciente
que haga pensar y no influya.
Ser manantial y que afluya
con la fuerza de un torrente,
pero luego evanescente
entre el pueblo se diluya.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL TORO SALIENDO AL RUEDO EN LA PLAZA DE CENICIENTOS
En tarde sin viento hay lleno en el coso
en la nueva plaza recién construida,
y el timbal y el clarín dan la salida
a un toro cinqueño, astas de coloso.
Figura imponente emerge del foso
fiero resuella y la testuz erguida,
produce asombro la estampa surgida
belleza fiera del tótem fogoso.
Un rayo de sol nimba su cabeza
la impregna de luz riesgo y fortaleza
de una fiesta única ancestral y mítica.
La historia mágica armazón de España:
que sus campos viste, hermosea y baña,
del toro ausente de torpe política.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho