El pasado sábado 26 de noviembre, en el Centro Cultural Anabel Ochoa de Navalagamella, contamos con la magnífica actuación del grupo de música tradicional CIGARRA en la octava edición del festival Madridfolk, subvencionado por la Comunidad de Madrid.
Su música refleja la tradición, poesía y compromiso histórico de sus raíces castellanas: recorren pueblos y hablan con sus paisanos, recuperando así tonadas, toreras, rondas y rondones, jotas y seguidillas, canciones de quintos, cantos de trabajo, rabeladas y algún que otro romance.
Su estilo establece entre numerosos grupos de folklore gracias a sus voces, a la fuerza de su interpretación y su rigor instrumental.
ROMANCE DEL REY MORO DE GRANADA
DONDE CORUCHOS SE HALLABAN
Cuando al fin capituló
y abandonó su Granada
se le demudó la faz
y dijeron que lloraba.
Mas no fue por cobardía,
pues su valor era fama
cantada por los poetas
y por el Darro llevada.
Fue por las fuentes y flores,
por las almenas doradas,
por el Patio los Leones
y por la perdida Alhambra.
Cruentos y crueles combates
por la ciudad asediada,
y ante sus muros, coruchos,
allí combatiendo estaban.
Siendo el rey don Juan Segundo
del reino ilustre de España,
y don Álvaro de Luna
su valido y su vanguardia.
De Castilla el Condestable
en batalla de Higueruela,
donde triunfante salió
con él coruchos llevaba.
Dueño y señor de estas tierras
le rendían vasallaje,
y soldados de la gleba
de estos predios reclutaban.
El tiempo se fue alargando,
cayó el valido en desgracia
y su cabeza rodó
por vallisoletana hacha.
Luego Isabel de Castilla,
de España la soberana,
junto a Fernando su esposo,
asedio puso a Granada.
Y de nuevo los coruchos
de infantes sentaban plaza,
y en el cerco con las picas
se batían en la Alhambra.
A don Gonzalo de Córdoba
le vieron sobre una jaca
del harén de Boabdil,
que a las tropas arengaba.
Allí al Cardenal Cisneros
le vieron con cubos de agua,
con sus frailes y sus legos
que a los moros bautizaban.
A Fernando e Isabel
vieron su entrada triunfante,
y voltear de campanas
por la España unificada.
Y vieron a Boabdil
junto a Aixa la Sultana,
volviendo la vista atrás,
enjugándose una lágrima.
Esto vieron los coruchos
y se vieron a ellos mismos
haciendo historia aquel día
en la toma de Granada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho