La cuarta edición de las jornadas medievales dedicadas al Tratado de los Toros de Guisando, se celebraron los días 9,10 y 11 en El Tiemblo. En esta ocasión el consistorio tembleño, patrocinador del acto, puso en manos de la empresa Culthisme, especialista en la promoción y difusión de la cultura histórica Medieval, la organización de las jornadas.
Bien es cierto que se cuentan por cientos los mercados y ferias medievales que se celebran a lo largo de toda la geografía hispana; parece que lo histórico se ha puesto de moda y sobre todo que atrae al personal y vende. Pero no todas las localidades han sido escenario real de acontecimientos históricos. El Tiemblo tiene a gala figurar en los anales de la historia como el lugar donde el rey Juan II de Castilla, en presencia del Concejo y sus vecinos, el 2 de julio de 1445, hizo entrega por Cédula Real del título de Villa.
Desde el balcón del Ayuntamiento, se rememora cada año a modo de pregón inaugural de las jornadas, tal nombramiento de Villa.
El pueblo se llenó de pendones y ornamentación medieval. Cien fueron los puestos de venta con muy dispares productos que se ofrecían al visitante. Una más que amplia oferta desplegada por sus callejuelas desde la plaza de España hasta la plaza de toros. Animación de malabaristas, percusionistas, el grupo local Hamam de danzas orientales, espectáculos de fuego, exhibiciones varias, cuentacuentos y talleres de manualidades fueron algunos de los entretenimientos ofrecidos al público que acudió a las jornadas a lo largo del fin de semana.
En la recoleta plaza de toros se celebraron, la tarde del sábado 10, un torneo medieval con justas a caballo y una exhibición de cetrería. Más del noventa por ciento de los asistentes iban vestidos con atuendos medievales. Para ellos la entrada era libre, no así para los vestidos de calle penalizados con unos precios en taquilla nada populares.
El espectáculo de circo y doma ecuestre del domingo fue otro de los eventos más interesantes. Pero el principal y genuino acontecimiento fue sin duda la representación del Tratado de los Toros de Guisando en el propio paraje, donde el 19 de septiembre de 1468 se reunieron el rey Enrique IV y su hermana la Infanta Isabel para ser proclamada ella princesa de Asturias y reconocida como heredera de la Corona de Castilla.
Bajo un sol de justicia, impropio de finales de verano, llegaron a caballo los actores que representaban a los personajes históricos acompañados de los jinetes y amazonas participantes de la VII Feria del caballo. Se interpretaron las escenas a los pies del cerro de Guisando y junto a los verracos prerrománicos.
Buena actuación la de los actores, no así del protocolo que resultó algo confuso en algún momento: no hicieron uso de los sillones del trono colocados para la ocasión, atendieron a los medios de comunicación durante la representación, sin prestar la debida atención a las danzas medievales y orientales que se estaban llevando a cabo en su honor.
Al finalizar el acto, los asistentes tomaron un refrigerio de limonada y patatas machaconas ofrecidas por la Asociación de Amas de Casa de El Tiemblo. Estas jornadas han sido el preludio de las Ferias de San Antonio que tienen su día grande el 13 de septiembre.