
Han sido muchas las muestras de afecto, cariño y amistad hacia José Manuel Manzano desde que nos dejara el pasado mes de noviembre. En la tarde del sábado 26 de marzo, todo San Martín de Valdeiglesias, junto a multitud de personas de la comarca, de Ávila y de tantos otros sitios por donde dejó huella , no quisieron perderse el emotivo homenaje, en el que se descubrió una placa y se jugó un triangular entre C.F. Cenicientos, Real Ávila y At. Valdeiglesias, principales equipos en los que destacó por su aportación y trabajo.
Manzano poseía grandes conocimientos en preparación física y en gran diversidad de materias, de los que nunca hizo eco de gallardía alguna o arrogancia; todo lo contrario, destacó por su humildad, sacrificio por los demás y trabajo desinteresado. Su actitud y generosidad hicieron que su huella quedara marcada en cuantos le conocieron o tuvieron ocasión de compartir con él su tiempo.
Fue muy activo en diferentes deportes como el ciclismo, atletismo y natación, pero alcanzo su punto profesional más alto en el fútbol, aportando sus conocimientos y buen hacer allá por donde pasó: formando a muchos jugadores en el At. Valdeiglesias y coordinando sus diferentes categorías. En el Cenicientos construyó un proyecto que llevó al equipo a lo más alto conseguido en su historia, a punto estuvo de alcanzar el ascenso a Preferente. Dio después el salto al Real Ávila, donde permaneció durante dos temporadas, y llevo al equipo a los playoff de ascenso a Segunda B.
Comenzó la jornada de su homenaje con una tarde desapacible por un gélido viento que, a los pocos minutos, nadie sentía por la calidez y emotividad ambiental. Metidos en una pequeña nave del tiempo llegamos a lo que fue hace seis, ocho, diez años atrás: las mochilas, el olor a radiosalil, los vendajes mientras se visten los jugadores, las bromas y batallas de turno, pero envueltas en melancolía. Ya vestidos dirigiéndonos al campo, saludos con los que hace años derrochábamos sudor por ganar ese metro que te diera el partido y por lo que José nos enseñó a luchar, era su tarde, y aunque ausente, estaba entre nosotros.
Se hizo un pasillo en primer lugar por parte de los jugadores del Real Ávila, seguidos de los de Cenicientos para concluir con los que fueran sus pupilos de su querido y amado Valdeiglesias. Tremendo y emotivo aplauso por parte de todos al pasar por el medio los familiares y esposa, recibiendo por parte del excepcional Ricardo, ex directivo y principal valedor del fichaje que llevó a Manzano a sentarse en el banquillo del equipo de la capital abulense junto con Garci, en la actualidad brillante entrenador de la Cebrereña, y maravilloso lugarteniente en la época en la que juntos alcanzaron éxitos para el Real Ávila, que habrían sido mayores de no haberse cruzado el Baracaldo en su camino.
Por parte del Club de Fútbol Cenicientos, su presidente, Juan José Señorís, acompañado por Carlos Jiménez “Carlitos´´, el eterno capitán, hicieron entrega de una placa agradeciendo el trabajo realizado y su sobresaliente aportación en sus años en Cenicientos.
Asimismo por parte del At. Valdeiglesias y de un representante del comité de entrenadores de la Federación de Fútbol de Madrid se hizo entrega a la familia de recuerdos y flores.
Tras los momentos emotivos, se procedió a una foto todos juntos en el centro del campo mientras se recibía un atronador aplauso desde la grada por parte de los asistentes, dando así comienzo a los partidos.
El primero se disputó entre el Cenicientos y el Valdeiglesias con alineaciones que bien podrían haber sido del derbi de ocho o diez años atrás. Se decidió con un único gol por parte de Luis Ocaña, quien lo dedicó mirando al cielo mientras muchos de sus compañeros le abrazaban con similar reacción y gesto. A pocos minutos para la conclusión del encuentro, al ser cambiado “Carlitos´´ recibió un espectacular aplauso por parte de todos los jugadores y asistentes, haciendo gala los aficionados del talante, respeto y admiración que merece uno de los jugadores más veteranos y longevos sobre el terreno de juego que ha tenido la comarca.
El segundo encuentro fue entre miembros de la actual plantilla del Cenicientos y el Real Ávila dirigidos por “Garci´´, quien había compartido vestuario junto con José Manuel, con estos jugadores. El último encuentro fue entre el Valdeiglesias y Real Ávila en el que se vieron goles de muy bella factura, aunque el resultado fuera indiferente.
Se pudo disfrutar de una emotiva tarde de fútbol, con tres partidos dirigidos por la joven figura del arbitraje Miguel Blázquez.
La alcaldesa de San Martín de Valdeiglesias, María Luz Lastras, acompañada por los deportistas locales Pablo Lastras, Luis Miguel Martín Berlanas, Julián Adrada, familiares y amigos, dirigió unas palabras de agradecimiento a los equipos de fútbol participantes y a todos los asistentes a este sincero homenaje hacia una gran persona a la que le apasionaba su trabajo. La hermana mayor de José Manuel, hizo una lectura en la que recordó la humildad y la grandeza de su hermano. Concluyó el acto descubriendo una placa, en la que se le agradece su aportación al deporte de San Martín. Se le regaló a la familia unas fotografías de los chicos y chicas del polideportivo con el lema “Gracias Manzano”.
Cuantos le conocimos, tanto en lo profesional como en lo privado, nos marcó y dejó huella, nos demostró que integridad y tesón son el camino que llevan a conseguir las metas, que se puede ser el verdadero protagonista saliendo en la foto en segunda fila y que los triunfos cuando son compartidos son más dulces. Es muy grande su ausencia, pero como escribió Delibes, la sombra del ciprés es alargada, y quienes tuvimos el privilegio de estar bajo su cobijo, nuestros éxitos llevan parte de su firma, su formación, educación y legado no son más que la latente huella que siempre permanecerá viva en mí, y cuantos hemos tenido el privilegio de haberle conocido, la inmortalidad de su memoria perdurará en nosotros por la humildad y simpleza a las que otros tan solo podemos aspirar.
Gracias por formar parte de tanto de lo que soy.
Jorge A. González Herradón.
FOTOS: Santi Pérez.