• Entrevista a Antonio Reguilón, presidente del Consejo Regulador Vinos de Madrid.

Antonio Reguilón fue elegido vocal en 2010 y lleva ya seis años al frente del Consejo Regulador Vinos de Madrid, ¿qué diferencia hay con Madrid Enoturismo, el otro organismo que usted preside?
El punto común entre estos dos organismos es que todo gira alrededor del mundo del vino, pero tanto su forma jurídica como sus objetivos son diferentes.
La denominación de origen Vinos de Madrid es un sello de calidad sobre la procedencia del viñedo de nuestra región y cuyas fases de producción tienen lugar en su totalidad en unas zonas geográficas definidas.   Madrid Enoturismo es una Asociación que aúna no solo a bodegas, sino también a municipios, restaurantes, hoteles, casas rurales, empresas dedicadas a la promoción del turismo… cuyos objetivos son gracias al vínculo del vino de Madrid, dar a conocer a los visitantes toda la riqueza cultural, medioambiental, de patrimonio y gastronómica de nuestros pueblos.

¿Qué peso tiene el sector del vino en la economía de la Comunidad de Madrid?
Probablemente, si solo nos vamos a números, el sector agroalimentario en la Comunidad de Madrid tiene un porcentaje pequeño en el PIB, pero la influencia real es lo que a nosotros nos hace luchar cada día para mantener una tradición centenaria. No puedo imaginar nuestros paisajes sin viñedos, tener a solo veinte minutos de la capital de España una viña es un auténtico milagro que tenemos que proteger. Cuando salgo fuera a otras denominaciones de origen, nos hablan de su admiración y respeto a que todavía consigamos mantener el cultivo de la vid aguantando la presión que supone la cercanía de una ciudad como Madrid y una economía basada en otros sectores mucho más productivos económicamente.
Ese es el mérito de nuestros bodegueros y agricultores, no es fácil competir con un mercado donde todo el mundo quiere presentar sus productos y en el que es muy complicado mantenerse, no solo llegar.

¿Cuánto se dedica a la exportación?
Hasta hace poco, antes de la pandemia, las exportaciones de nuestros vinos eran cercanas al 30% de nuestra producción de botellas, ahora mismo estamos intentando recuperar esas cifras.
Tenemos bodegas cuyo porcentaje de exportación está en el 80%, por el éxito que algunas de nuestras variedades de uva y calidad tienen en el mercado norteamericano.
En este año tenemos proyectadas diferentes acciones en el mercado internacional, tanto en Estados Unidos como en Reino Unido. Presentaciones de bodegas tanto allí como visitas de importadores aquí en nuestro territorio.   Estamos hablando de una inversión de cerca de 100.000 euros, solicitando ayudas de fondos europeos que cubran un 40% de la inversión.

¿Tienen presencia el vino de nuestra tierra en las grandes superficies comerciales?
Por supuesto, la Denominación de Origen Vinos de Madrid ocupa en las dos grandes cadenas de la región el puesto número tres por detrás de Rioja y Ribera del Duero.
Me refiero a Alcampo y Carrefour, no ha sido nada fácil, hace pocos años nos encontrábamos situados como otras DOs, ni siquiera nos reconocían por nuestro nombre.

Pidamos siempre un vino de Madrid, no solo por la calidad, sino por proteger este Patrimonio Inmaterial.

Todo eso ha cambiado de una manera impresionante, les propusimos que apostaran por destacarnos en los lineales y al principio tenían muchas reticencias. Ha sido un trabajo de convencimiento por nuestra calidad, por un sentimiento también de los clientes de cierto orgullo por consumir productos de cercanía.   Se han realizado en estos años infinidad de acciones de promoción en sus tiendas, ya fuese pequeñas presentaciones y catas a auténticas fiestas de los Vinos de Madrid en sus grandes centros comerciales. Todo ello junto con gastronomía local y chefs de restaurantes madrileños, gracias al acuerdo que anualmente firmo con la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid, que forman un equipo humano formidable junto a nuestras bodegas, la verdad es que hay una unión y un convencimiento de lo que hacemos que se transmite a las personas.
La Comunidad de Madrid lleva ya unos años firmando un acuerdo con todos estos grupos comerciales para favorecer la presencia en los lineales de Alimentos de Madrid para que nuestros productores tengan un lugar de privilegio en los lineales.

¿Qué ha supuesto la incorporación como subzona de El Molar a la DO?
Es un trabajo arduo que se inició hace más de diez años por un grupo de municipios de la zona norte para reconocer la importancia que ha tenido el cultivo del viñedo en sus pueblos durante cientos de años.  Es el reconocimiento a que también se elaboran vinos de calidad en esa subzona y así cerrar el círculo de nuestra denominación de origen, de hacer justicia a esos territorios que tienen el vino como un patrimonio a proteger.
Actualmente se está haciendo un trabajo de recuperación del viñedo por las bodegas que se encuentran allí, y ya empiezan a destacar obteniendo premios y reconocimiento por los consumidores.

¿Cree que debería aumentar la producción de vino madrileño?
Lo que primero debemos hacer es mantener lo que tenemos actualmente. Se han perdido durante los últimos 25 años miles de hectáreas que nunca se podrán recuperar, nuestra misión ahora mismo es conseguir que haya relevo generacional, que no se abandone el viñedo existente, para ello es fundamental primero elaborar vinos de calidad, no podemos competir en número de botellas con las grandes denominaciones de origen que tienen cientos de miles de botellas en excedentes y que colocan como sea en el mercado.  Para ello solo hay una receta: personalidad en nuestros vinos, buena imagen y tener presencia en la restauración de Madrid, que tenemos tan cerca; y, en segundo lugar, dar valor a nuestros viñedos. No se pueden seguir vendiendo miles de kilos de uva centenaria en muchos casos a precios irrisorios, es imposible que nadie emprenda un negocio o coja el testigo de sus antepasados si no es rentable la actividad.   Si seguimos así, sobre todo en el sector de cooperativas, se seguirá abandonando el campo.  Actualmente desde el Consejo Regulador estamos con un proyecto de asesoramiento a estas cooperativas, sobre todo en la comercialización de vinos de calidad.  Será un trabajo arduo, pero como tenemos ejemplos de que es posible hacer las cosas bien estoy seguro de que lo conseguiremos.

¿Tenemos calidad para competir con otras denominaciones más conocidas?
Por supuesto, más del 60% de nuestro viñedo es de cepas viejas, de secano, solo por detrás de la Denominación de Origen Toro; eso quiere decir poca producción por cepa pero de mucha calidad. Aun siendo una región relativamente pequeña, nuestro territorio es excepcional.
Tenemos una variedad de climas y orografía que genera vinos muy diferentes aunque sean variedades similares.   También tenemos variedades de uva autóctonas, como las blancas Albillo Real y Malvar, que están en el camino de ocupar un lugar de privilegio en nuestro mercado madrileño. No tenemos nada que envidiar a nadie, no es demagogia, es real.

¿Qué espera de este 2024 que acabamos de empezar?
¿Que consigamos de una vez por todas estar presentes en las barras de la restauración madrileña, si logramos que en Madrid se pida un vino de Madrid, en vez de la conocida frase Rioja o Ribera? Sería la conservación de nuestros viñedos, puesto que las bodegas tendrían problemas para dar servicio a la demanda, que sería espectacular.
También creo firmemente en la importancia del Enoturismo en nuestra región. Para mí, que llevo el municipalismo en las venas, no hay recurso que pueda generar mayor riqueza para los pueblos que tienen viñedos o cercanía a ellos que poner en valor nuestra riqueza ligada al vino. Es la mejor manera de que los visitantes conozcan todo lo que ofrece el mundo rural.
Vertebra territorios y conserva paisajes únicos, fija población joven en los municipios, pues genera oportunidades de empleo sin tener que emigrar a la ciudad.  En definitiva, tiene una importancia que debemos de fomentar.
Pidamos siempre un vino de Madrid, no solo por la calidad, sino por proteger este Patrimonio Inmaterial.