Nunca un artículo de A21 había suscitado tantos comentarios como lo ha hecho el firmado por Luis Javier Barbadillo “Gatos, nacidos para cazar”, publicado el pasado mes de mayo. Por correo postal, electrónico, comentarios en la página de Internet o en las redes sociales… han sido tantos que no tenemos capacidad material para publicarlos en nuestra edición impresa. Por ello hemos abierto esta entrada en www.a21.es en la que se pueden leer todas las cartas. Al tiempo el autor se ha prestado a hacer sus propias aclaraciones, que reproducimos en primer lugar.
Artículo “Gatos, nacidos para cazar”. Aclaraciones del autor
Como ya comenté en el artículo, la gestión de colonias de gatos callejeros es una cuestión que suscita polémica, lo cual puede ser hasta saludable. No obstante, cuando alguien se decide a debatir sobre un tema, resulta conveniente estar antes suficientemente “formado” e “informado”. Por ello, me gustaría aclarar que los datos y afirmaciones que se exponen en el artículo no provienen de corrientes de opinión en las redes sociales, blogs o sitios web de amantes o detractores de los gatos. De hecho, provienen de trabajos científicos publicados en revistas internacionales de primer orden y reconocido prestigio, como son Conservation Biology o Nature Communications, por poner solo dos ejemplos representativos. Hablamos, pues, de datos contrastados y contrastables, no de opiniones subjetivas. A este respecto, y para evitar malentendidos, intentaré resumir el núcleo central del artículo en una sola frase: La gestión de las colonias de gatos callejeros no puede seguir considerándose únicamente como un problema de bienestar animal, de salud pública o de convivencia vecinal ya que, en realidad, constituye un problema medioambiental de grandes proporciones, afirmación que viene sostenida por una cantidad abrumadora de estudios científicos. Puede que la verdad no nos guste, lo admito, pero eso no significa que debamos quedarnos cruzados de brazos o negar la mayor. Por eso apelo en el artículo a la responsabilidad de los dueños de los gatos y de las autoridades municipales competentes en la materia. Y sí, a mí también me gustan los gatos, y he tenido gatos. Y no les quepa la menor duda de que fueron muy felices viviendo en mi hogar, sin necesidad de molestar a los vecinos y jugando a cazar sin provocar víctimas ni daños medioambientales. Solo hay que tener un poco de cabeza y algo de responsabilidad. ¿Es mucho pedir?
Luis Javier Barbadillo.
En referencia al artículo “Gatos, nacidos para cazar”
Estimado Sr. Director: En relación con un artículo aparecido en su periódico correspondiente al mes de Mayo y que ataca ferozmente a los gatos, simplemente nos gustaría comentar que se percibe claramente por parte del autor una gran animadversión hacia estos animales, que si bien es verdad que son cazadores, también son capaces de dar el mayor afecto y compañía al ser humano.
Este artículo no representa un análisis objetivo bajo ningún concepto, y muchas, muchísimas personas (incluídos veterinarios) consideramos que resulta muy nocivo en cuanto a la influencia negativa que puede ejercer en un ambiente ya de por sí poco propicio hacia estos maravillosos animales, muy valorados en otros países. Tampoco demuestra ningún conocimiento profundo de su psicología, tan sólo una fría enumeración de datos seleccionados para apoyar una opinión que parece surgida de la Edad Media.
No es cierto que sean los mayores depredadores contra el medioambiente, ya que este dudoso honor le corresponde sin duda alguna al ser humano. A estas alturas está demostrado incluso su beneficio terapéutico y de sobra confirmado que un gato callejero puede adaptarse perfectamente a la compañía del ser humano en cuanto recibe un poco de atención y cariño, e incluso vivir en un domicilio pequeño. Los perjuicios que puedan ocasionar si son abandonados o dejados a su aire, corresponden únicamente a sus dueños, de la misma manera que ocurriría con otros animales.
Respecto al poco apropiado comentario sobre las personas que intentan alimentarlos y que lo hacen “con nocturnidad porque no tienen la conciencia tranquila”, se trata simplemente de evitar conflictos en un ambiente en el que está mal visto cuidar de un gato en la calle, pero no hay problema en envenenarlos, atropellarlos y salir huyendo. Eso, a algunas personas, les parece menos grave que el alimentarlos.
Cualquiera que se haya decidido a adoptar uno de estos animales, podrá contar mil cosas buenas sobre ellos y sobre su positiva influencia en los hogares donde viven, así como todo lo que pueden enseñarnos para mejorar nuestra calidad de vida.
Consideramos que los Ayuntamientos tienen asuntos mucho más graves de los que ocuparse , y mucho más dañinos para la sociedad, así que, por favor, centrémonos en cuidar realmente del medioambiente sin responsabilizar a quien no tiene ninguna culpa de su deterioro, aunque eso sí, tampoco tiene voz para defenderse.
Muchas gracias.
B.G.
Correo electrónico.
Al leer el articulo “Los gatos: nacidos para cazar” de Luis Javier Barbadillo en su número de mayo de 2016 me sentí preocupada y triste pensando en que su mensaje claramente anti felino y pro exterminio de este animal doméstico cale entre nuestra población.
El autor utiliza datos de dudosa procedencia y utiliza información sobre la introducción de este animal en algunas Islas como si fuera igual que su casuística en el continente, y nada más lejos, pues aquí el gato no es considerado un animal invasor, ni es causa de la extinción de ninguna especie ni es la principal causa de muerte de la fauna salvaje.
Su crítica a las políticas de Captura/Esterilización y suelta controlada, que se quieren implementar en muchas poblaciones por considerarla la más eficaz y humanitaria para tratar con colonias de animales domésticos, que llevan siglos a nuestro lado, me parece peligrosa. Y más todavía la insinuación de que hay que “hacer algo” para acabar con la supuesta amenaza al medioambiente que supone la presencia de este animal en nuestras calles y jardines.
Es más, me indigno al comprobar como ejemplares de nuestra especie, el humano occidental, que somos realmente la principal causa del deterioro ambiental y de la destrucción del hábitat de la fauna salvaje, echen balones fuera y busquen a otros responsables, bastante más inocentes, por cierto, y sin voz ni poder para defenderse.
María G. Teruel.
En relacion al reportaje citado en el asunto que me parece un maltrato hacia unos animales los cuales han echo y hacen más beneficio a las personas como demuestra el artículo que le mando a continuación.
LOS GATOS Y LA RELAJACIÓN.
Se sabe de sobra que los gatos tienen un maravilloso efecto relajante en las personas estresadas.
Tiene la capacidad de reducir la tensión arterial.
Mientras se le acaricia cuando ronronea tranquiliza el espíritu.
Conscientes del gran efecto terapéutico que los animales tienen sobre los seres humanos,los trabajadores sociales los han ido introduciendo en hospitales y geriátricos.
Aportan consuelo a personas solas,mayores,minus-validos que suelen salir poco de su casa.
Favorecen la salud mental ya que animan a renovar los vínculos personales con los demás.
EL GATO ES UN ANTIDEPRESIVO Y EFECTO CALMANTE.
Todo esto esta sacado de libros que estudian e investigan el comportamiento del gato.
Le puedo mandar mas artículos del gato en la historia, cine, libros,pinturas en museos, en la Guerra, famosos con gatos… Y muchísimos más artículos que demuestran que el gato es mucho mas inteligente de lo que se dice en el de Luis Javier Barbadillo.
Muchas gracias.
Y a seguir otros 100 mas informando de los pueblos de la Sierra Oeste.
Belén González Garrido.
Primeramente es curioso que lo escriba un humano, raza causante de la extincion de bastantes más especies que el gato, que además suele vivir en entornos urbanos donde la presencia de fauna salvaje es prácticamente nula. En las ciudades lo que creo que denominas fauna local debe ser los desechos en los contenedores, que a parte de ser en gran parte la comida de los gatos callejeros atraen a especies asociadas a la conducta humna, como ratas, mucho menos desables que los gatos. ¿Cazan pajaros? Sí, pero creo que el uso abusivo de tóxicos por parte del ser humano es más perjudicial para estos que los gatos.
La verdad es que leyendo tu “escrito de opinión” ya que no creo que tengas la sensibilidad para escribir algo más profundo, paso a tomar varias consideraciones.
– Tu vecino tiene un gato que te molesta y te has convertido en el San Jorge de la cruzada anti gatos.
– Vives en otro planeta, ya que hay tantos gatos ahora como los que habia en los años 80, o quizás menos en que era normal que cualquier casa de la comarca tuviese varios gatos para limpiar de ratones las vaquerías y demas.
– Eres de perros y odias a los gatos por que te arañaban de niño.
– O simplemente no sabías de qué escribir y como a ti no se te puede esterilizar para que tu linea genética acabe en tu profunda ignorancia decidiste encontrar un enemigo que no se puede defender.
¡Pues la has cagado chato!
Félix.
Leo, preocupado, en nuestro periódico de la Sierra Oeste (A21), un artículo en el que se afirma que “un gato callejero puede cazar al año cerca de 50 aves y más de 300 mamíferos”, entre otras “desorbitantes” ocurrencias. Citando un lista de animales dañinos cuya fuente es el Departamento de Desarrollo de ¡las islas Cayman! que incluye a los gatos, les hace responsables poco menos que del diluvio universal, la peste bubónica o la caída del imperio romano. Cuando la batería de argumentos se le agota, acusa a las personas que les alimentamos del delito de lesa humanidad y hasta de mala conciencia… Imagino que al autor de tan brillante artículo nadie le alimentó y que ignora que la especie a la que pertenece (la nuestra) es la mayor causante de la desaparición de especies en este planeta. Y eso no parece crearle una gran impresión. De nada servirá recordarle que al gato le hicimos doméstico hace más de 3000 años, y que le introducimos en nuestros hogares para protegernos de plagas y que para muchas culturas es un animal sagrado. Parece que en nuestra hermosa sierra, declarada zona ZEPA, son ellos y no la actividad cinegética, el mayor peligro para las aves. Y yo miro a Yoga y a Agua (mis dos gatos recogidos de la calle) y por un instante digo: ¡Basta de tanta tontería!, hagamos una reflexión seria para controlar las colonias de gatos en nuestros pueblos. Pero no para evitar una amenaza si no para compartir con ellos todas las bondades de las que somos capaces, al menos algun@s…
José Antonio Rodríguez Alva.
Me ha sorprendido, y no precisamente de forma muy grata, el artículo publicado por este periódico en el mes de mayo sobre los gatos.
En dicho artículo, se nos muestra a los gatos, poco menos que como animales perversos depredadores, y que son los causantes de la extición de un sinnúmero de animales. Al leerlo, me recuerda a la demonización que se ha hecho, y sigue haciéndose con el lobo, hasta tal punto de considerarlo una “alimaña” a la que había que perseguir y exterminar. Y ahí está el resultado el gran descenso de la población de ese bello animal, que de seguir así estará al borde de la extición, como otros tantos animales que pueblan el planeta, y eso gracias al ser humano.
Este tipo de comentarios me resultan chocantes y además creo que son peligrosos, pues pueden fomentar la persecución de los gatos, al igual que sucede, y como ya he comentado con el lobo. Y más chocante es teniendo en cuenta, que no exite sobre la faz de la tierra, un ser más dañino, más devastador, más depredador, más exterminador, de otras especies y de nosotros mismos; como el ser humano.
Somos una auténtica plaga, de más de siete mil quinientos millones de individuos, acabando todos los recursos naturales, destrozando el clima, contaminando las aguas, quemando los bosques….
Por favor cuiden sus publicaciones , pues por desgracia hay mucha gente que no distingue la paja del trigo, y puede dar paso a que se comentan atrocidades contra este bello animal que es el gato.
Una amante de los animales, y del gato en particular.
M.V.G.
Me dirijo a D. Luis Javier Barbadillo, referente al artículo “Los gatos: nacidos para cazar”.
Nada más lejos de la realidad, porque, señor mío, un gato bien alimentado pasa de cazar.
Los únicos que son responsables de la extinción de la fauna, no sólo de aves y mamíferos, sino de grandes animales, son los cazadores que se cargan cualquier cosa que vuele o repte y no les importa dejar a unos pequeños conejos sin padres por el afán de disparar.
Los cazadores matan por matar, pero los gatos, si cazan es porque tienen HAMBRE.
Le voy a poner al tanto de las cosas que me han ocurrido, los casos de abandono por sus dueños, que eso sí que tenía que ser perseguido.
Voy al pueblo y me encuentro que los dos vecinos contiguos se han ido a vivir a la ciudad abandonando a sus gatos. Eran una gatita que estaba delgada como un lápiz (ahora pesa 6 Kg). Yo la alimentaba y le daba de beber. Una vez me trajo un pájaro que soltó vivo en casa, para demostrar que estaba agradecida, era como si me diera un regalo. Otra vez, un pequeño ratón que, igualmente, no se comió, sino que jugaba con él. Hasta ahora nunca más me trajo animal alguno, porque mi gata está superalimentada y no necesita cazar.
El segundo caso fue un gato que incluso cogió piojos y se negaba a comer. Le estuve alimentando con suero durante un fin de semana, hasta que fui al veterinario, le puso antibiótico y antiinflamatorio. El gato ahora está estupendo y éste jamás me ha traído nada a casa.
Si usted tuviera hambre, ¿no cazaría cualquier cosa para comer? Pues eso les pasa a todos los animales que cazan cualquier animal para comer, pero si se les alimenta (con pienso y tarrinas) los gatos no se molestarán en ir a cazar.
El dibujo del gato con el conejo, permítame que no lo crea ¿Puede un pobre gato alcanzar a un conejo con lo que corren estos? La gente (casi siempre hombres) que se mete con los gatos y con las personas que les alimentan, parece que no tienen otra cosa que hacer que vigilar al vecino, que se metan en su vida y hagan examen de conciencia.
Usted dice en su artículo que los que dan de comer a estos felinos van de noche. Esto es porque existen personas como usted que no saben nada acerca de estos y se ponen a criticar. Si van de noche no es por la conciencia, que la tienen bien limpia, sino porque no tienen ganas de guerra. Cuando algún desaprensivo les increpa e insulta, diciendo que los van a denunciar.
Pero me parece que al que tenían que denunciar es al malnacido que envenena a los gatos, pues los perros a veces también caen debido a este comportamiento.
En cuanto a las denuncias, pongo en su conocimiento que una vecina de Madrid fue multada, y una ONG recurrió y tuvieron que devolverle el importe, diciéndole el juez que podía dar de comer a los gatos donde y cuando quisiera, ya que el Ayuntamiento no se hacía cargo de alimentarlos y castrarlos. ¿Qué prefiere usted? ¿Verles morir de hambre y sed? Pues yo no.
Anónimo.
Correo postal.