La Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid, UGAMA, pone en evidencia que, si bien desde la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid han anunciado en diferentes ocasiones la puesta en marcha de medidas para minimizar los ataques de lobos y perros asilvestrados al ganado, los compromisos como la construcción de refugios, ayudas para la instalación de cercados eléctricos y la tenencia de perros mastines, siguen sin llevarse a cabo.
La Organización manifiesta su indignación por la desestimación de solicitudes de ayudas por parte de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Comunidad de Madrid por falta de recursos presupuestarios tal como dice la orden 2133/2016 de 20 de septiembre promulgada unilateralmente por la Consejería, cuando la misma había afirmado que todos los afectados tendrían sus indemnizaciones por los daños ocasionados por los ataques.
“La falta de previsión presupuestaria en la convocatoria del año 2016, teniendo en cuenta que los ataques al ganado pasaron de 91 en 2015 a 251 ataques (por lobos, perros asilvestrados y buitres) de los cuales, se tramitaron 213 solicitudes en 2016, está suponiendo un perjuicio para los ganaderos a la vez que un agravio comparativo.”- señalan desde UGAMA – “Supuestamente en dos expedientes similares, el único condicionante de obtención de ayuda sería la fecha en que se hubiera producido el ataque y en la determinación del ataque si fue producida por lobos o perros asilvestrados, debido a que, a partir del 28 de octubre de 2016 se establece la fecha de corte para los ataques por perros asilvestrados, sin posibilidad de entrar en la siguiente convocatoria tal y como hemos reclamado” – añaden.
UGAMA destaca que estos hechos, suponen una gran indignación entre los ganaderos por no recibir ningún tipo de indemnización y muchos de ellos han optado por interponer reclamaciones vía patrimonial ante la Consejería.
A pesar de que en la convocatoria del año 2017 el presupuesto para estos ataques se ha duplicado respecto a 2016, con el fin de garantizar que ningún ganadero se quede sin cobrar las ayudas para paliar los efectos de estos ataques y atender solicitudes pendientes del año anterior, (en el año 2016 las indemnizaciones superaron con creces los 60.000 euros presupuestados de la convocatoria), la realidad es que los expedientes debidos a ataques de perros asilvestrados que quedaban pendientes de la convocatoria 2016 no se pagarán, generando un perjuicio a los ganaderos. No ocurrirá esto con los expedientes pendientes por ataques de lobos que sí serán pagados con presupuesto de la convocatoria 2017.
UGAMA resalta que, en la Mesa del Lobo celebrada en noviembre de 2016, con la participación de representantes de asociaciones conservacionistas, ganaderas, del cuerpo de Agentes Forestales y del SEPRONA, entre otras cosas, se propuso a la Administración que en el Comité Técnico de Evaluación estuvieran representantes de los agentes implicados y no sólo la propia Administración.
Asimismo, la organización recuerda que en esta Mesa se propuso la ejecución de medidas disuasorias y reglamentación coherente sobre perros pastores, sin que ninguna de éstas se hayan implementado ni tenido en cuenta por lo que desde UGAMA se solicita una nueva convocatoria de la llamada Mesa del Lobo para abordar estos problemas.
LA RED DE LOS PASTORES CORUCHOS
Estercoles del barbecho
para la siembra del trigo,
de la siega y del espigo
en el llano y el repecho.
Acuerdos entre pastores
de campos de Cenicientos,
sin paga ni emolumentos
con coruchos labradores.
A golpes con la “machota”,
el pastor fija las redes,
en tierras de Nicomedes
que después ara y explota.
A cambio el dueño le deja
que paste con su rebaño,
por sus tierras aquel año
y allí se amorre la oveja.
La red formaba un cuadrado
y dentro de aquel recinto,
en un lenguaje sucinto
defecaba aquel ganado.
Amanecía el cercado
por el negror laminado
igual a un campo minado
de un natural abonado.
Cada dos días la red
cambiaba de posición,
y de heces un aluvión
formaban una pared.
El pastor durante el día
pastoreaba al ganado,
y por la noche al vallado
el rebaño allí volvía.
Dentro del chozo el pastor
cerca del hato dormía
y la tierra bendecía
a aquel abono excretor.
Vigilando los mastines
en los pescuezos carlancas,
reliquias cuando en barrancas
había lobos malsines.
Recuerdos de tiempos idos
de pastores y de ovejas,
de rebaños y de abejas
por los riscos escondidos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho