
- Con una inversión de 160.000€ con cargo al superávit presupuestario.
El Ayuntamiento de El Escorial informa de la reciente sustitución del tipo de combustible (de gasóleo a gas natural) y de los generadores de calor (calderas estancas por condensación) en los centros de titularidad municipal Centro Cultural con un coste de 40.000€ y la Escuela Infantil La Dehesa con una inversión de 30.000€, ambas financiadas con cargo al superávit presupuestario.
La caldera existente en la Escuela Infantil La Dehesa, fabricada en el año 1988, ha sido sustituida por una nueva de condensación, además de cambiar el tipo de combustible, que era de gasóleo por gas natural. Estas modificaciones supondrán un ahorro en gasto, además de hacer más eficiente la instalación. El Ayuntamiento mediante convenio con la Comunidad de Madrid, sostiene con fondos municipales este centro donde hay escolarizados 98 niños de entre 0 y 3 años.
Para el Centro Cultural, se ha sustituido la antigua caldera de gasóleo, por otra de condensación con gas natural. Esta actuación no sólo no generará gasto nuevo, sino que supondrá un ahorro en gasto corriente pues se trata de una instalación de una caldera más eficiente, limpia y segura con gas natural que no emite residuo contaminante alguno.
Las calderas de gas presentan una alta eficiencia energética, por lo que se consideran una alternativa más sostenible. A estas dos nuevas calderas se le unieron el pasado año las del Polideportivo Municipal, las del Colegio Gerardo Gil y la del edificio del Palomar del Colegio Felipe II ascendiendo la inversión total de renovación a 160.000€.
LA CHIMENEA
En torno a la chimenea
las trébedes y morillos,
yo oía cantar los grillos
junto al fuego que la hornea.
En las noches del invierno,
sin radio y televisión,
se hilaba conversación
en un ambiente fraterno.
La familia ante la mesa
cenaba con parsimonia,
como en una ceremonia
donde de hablar no se cesa.
Colgado estaba el caldero
abetunado de hollín,
cociendo entre un gran trajín
de pucheros y de esmero.
Hirviendo estaba el salvado
para el cerdo y las gallinas,
y unas aguas cristalinas
para el íntimo lavado.
Y de pronto una zorrera
lagrimeaba los ojos
y los dejaba tan rojos
como luna tomatera.
Y entraba en acción el fuelle
y con la boca soplidos
y el gato bufo y maullidos
y aquella pobreza muelle.
Y risas y muchas toses
y el crepitar de taramas
y de los pinos las ramas
y alegría de las voces.
Y las partidas de cartas
y visitas del vecino
y el porrón lleno de vino
y engastar de historias sartas.
Y el hablar de la cosecha
y la compra del abono
y la tristeza en el tono
recordando alguna fecha.
Y lectura de tebeos
y lector del Buen Amigo
y ser un mudo testigo
de hechos de los Macabeos.
Y si el ábrego furioso
a las paredes mordía
su ululante letanía
nos invitaba al reposo.
Y se quedaba el rescoldo
en la dulce chimenea
y una lágrima aletea
en el lecho en que me amoldo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho