Archivo de etiquetas | "Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias"

DE PELAYOS A NUEVA YORK: Los secretos del monasterio de Valdeiglesias (1)

  • La donación del monasterio de Valdeiglesias salió ilegalmente del Archivo Histórico hace más de cien años, hoy está en la Hispanic Society de la capital norteamericana.

Utilizamos hoy un término que viene al pelo para explicar qué ocurre con algunos de nuestros tesoros artísticos e históricos: la trazabilidad. Lo aplicamos ahora como consumidores cuando queremos saber la procedencia de un alimento, especialmente, para conocer si es un alimento de proximidad o viene de las antípodas. Los agricultores, hoy en día, en su justificada reivindicación por lograr un precio de origen más justo quieren saber, dónde se multiplica por tres o por cuatro sus productos, que venden a los intermediarios a precios que apenas cubren los costes de producción.
Pues bien, a la hora de investigación histórica también es importante conocer “la historia”, la trazabilidad, de una joya histórica que ha terminado a miles de kilómetros del monasterio de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa. Nos referimos al documento de Donación por el que se fundó el monasterio de Santa María de Valdeiglesias, fechado en 1150. Este documento, junto con el Tumbo de Valdeiglesias, son los textos antiguos de mayor importancia para conocer la historia de la Sierra Oeste (en particular, los términos de San Martín de Valdeiglesias, Cadalso, Navas del Rey, Pelayos de la Presa). Y son esenciales porque son el origen de nuestra historia.
Es bien sabido que algunas de las joyas que pertenecieron al monasterio de Valdeiglesias están ahora en lugares remotos. Algunas para bien; otras, producto del expolio que se produjo a partir de la Desamortización de Mendizabal (1835-36). Pongamos solo unos pocos ejemplos.
Están lejos de su lugar originario dos joyas impresionantes: la primera, es la sillería del monasterio; desde hace 150 años en la catedral de Murcia. El autor es el afamado escultor Rafael de León. También, los cuadros, de tema religioso, realizados por el pintor Juan Correa, el llamado “Rafael español”, nacido en Mascaraque (Toledo), se pueden ver en el museo de Santa Cruz de Toledo (museodesantacruz@jccm.es). Pertenecen en su mayoría al museo del Prado pero este, con buen criterio, realizó una cesión al museo toledano. Ahí quedan las buenas noticias; buenas noticias porque es ilusorio pensar que estas joyas estarían mejor en un monasterio en ruinas.
Entre los grandes agravios y expolios permanecen otras obras: la puerta renacentista del complejo abacial, sacada con nocturnidad y alevosía por el marqués de Comillas para su finca en el Alamín, en los años cincuenta siendo este, para más inri, dueño en aquel entonces de nuestro monasterio. Es algo que está hoy suficientemente documentado.
Capítulo aparte es el pergamino de la Donación monacal, fechado en 1150. Este documento, escrito en latín, contiene una franja iluminada en donde aparecen las figuras del emperador Alfonso VII; sus hijos, los futuros monarcas Sancho III de Castilla y Fernando II de León; junto con el abad benedictino Guillermo, el verdadero fundador del monasterio. La tarea encomendada por el monarca era repoblar Valdeiglesias creando, colateralmente, las villas de San Martín de Valdeiglesias y Pelayos, durante siglos dependientes del convento.
Obviamente, el documento fundacional que, al menos desde 1921, pertenece a la Hispanic Society de Nueva York, sufrió los avatares de la Desamortización noventa años antes. Gracias a las indicaciones y conocimientos de Luis Miguel de la Cruz, del Archivo Histórico Nacional (AHN), el autor de este artículo ha podido rastrear la peripecia vivencial, como de un ser humano se tratase, de la Donación firmada por el rey emperador Alfonso VII. ¿Qué ocurrió desde 1836, tras la Desamortización, hasta 1921, fecha en donde el pergamino aparece en tierras norteamericanas?
Busquemos a los expertos. Un “privilegio….posee el Archivo Histórico, procedente del cabildo de Avila, y por el cual el emperador D. Alfonso VII ……. dona al abad Wielmo (Guillermo) y al monasterio de Valdeiglesias el lugar del propio nombre con los términos que delimita”. Palabras del erudito José María Escudero de la Peña. Este texto de José María Escudero, profesor de Paleografía, fechado en 1872, al inicio de la Restauración Alfonsina, confirma que este Privilegio monacal de Pelayos de la Presa estuvo, al menos, cincuenta años (de 1836 a 1872) en el actual Archivo Histórico Nacional. Ahí debía haber permanecido hasta nuestros días pero no fue lo que ocurrió desgraciadamente.
Un documento perdido en la Edad Media
Por tanto, de nuevo, la impertinente pregunta es: ¿Qué pasó desde 1872 a 1921 que se expone por primera vez el pergamino en Nueva York? ¿Cómo pudo desaparecer este importante documento –desde el punto de vista historiográfico el más importante-, en manos del Estado (Archivo Histórico; hoy Archivo Histórico Nacional) y pasar a manos privadas, por más que la Hispanic Society (hispanicsociety.org) sea una reputada institución artística?
La respuesta está, en el expolio sistemático que sufrieron muchos monumentos españoles por la falta de escrúpulos, las apetencias económicas y la dejadez de las autoridades gubernamentales españolas hasta la llegada de la Transición democrática en España.
Volvamos a la cuestión esencial: a finales del siglo XIX, en una fecha indeterminada, la Donación fundacional de Pelayos fue vendida fraudulentamente a terceros (sacada del Archivo Nacional). Durante años, quizá decenios, permaneció en manos privadas. Con posterioridad, ya a principios del siglo pasado, el mecenas norteamericano, Archer M. Huntington, un gran hispanófilo, compró el Privilegio exponiéndolo en Nueva York. ¿A quién se lo compró? Desde la Hispanic Sociaty nos señalan que en esa época el mecenas neoyorquino compraba piezas cartográficas y documentales en tres librerías europeas importantes de la época, una de ellas barcelonesa.
Es por tanto probable que fuese ahí donde se realizase la compra, aunque, como confirman desde la Hispanic Society, no existe una ficha de la “trazabilidad” de la compra de la Donación de Alfonso VII sobre Santa María de Valdeiglesias. Gracias a la Hispanic Society, el documento fundacional ha podido ser visto en el Museo del Prado, en 2017, y, en una exposición posterior en el museo estatal de México.
Paradógicamente, no fue esta la única vez que dicho pergamino se había “perdido”. Siglos antes, a mediados del XIII, el monasterio de Pelayos sufrió su primer gran incendio. En él desapareció el original de fundación del monasterio. Durante dos siglos y medio, Valdeiglesias no dispuso de documento alguno que avalase la propiedad de los monjes cistercienses, según se puede comprobar en el Tumbo de Valdeiglesias (Real Academia de la Historia).
Toda una peripecia, no la única de bienes patrimoniales españoles, que hoy podemos aclarar. Aunque la pregunta sigue en el aire: ¿Quién sacó el documento del Archivo, y quién o quiénes se beneficiaron, de manera fraudulenta y delictiva, de su venta? Ahora sí que la respuesta, únicamente, la podremos encontrar en el viento. En el mal viento del expolio sufrido.

Enrique Jurado Salván es periodista y presidente de la Asociación cultural Albirka

Publicado en CulturaComentarios (0)

“Cruces al cielo”, los mojones que delimitaban la jurisdicción del Monasterio de Valdeiglesias

  • Podrían ser los existentes a mediados del siglo XVII y documentados en el Tumbo del convento de Pelayos.

Hay tardes frías, en las que el viento de cara, se mete en el cuerpo, y el caminante se siente en la gloria. Especialmente si el caminante va con el pensamiento puesto en el monasterio de santa María de Valdeiglesias, recreando lo que ha investigado en la Academia de la Historia a través del estudio del Tumbo, el documento más importante para conocer la historia de la comarca de Sierra Oeste. Y en ese manuscrito de más de mil páginas en pergamino, el lector descubre que los monjes, a mediados del siglo XVII se dedicaron a poner mojones y apeos en toda su jurisdicción: de la dehesa de La Enfermería a Navapozas, y de san Esteban a Fuente del Sauz. Era la manera de delimitar su territorio que era mucho más amplio que la cerca que aún bordea el monasterio.
El lector del Tumbo lee que los mojones contaban con cruces grabadas para que no hubiese duda de que era una delimitación abacial, monástica. Pero se sorprende cuando lee que de esa cruz en la piedra de granito existe, además un “mojón con cruz al cielo”, en varios de las delimitaciones que se van detallando, una a una, para saber identificarlas. Y pregunta a expertos que no descartan la hipótesis, y descubre un día, de sorpresa, dos mojones con cruces laterales en la piedra de granito pero observa que en la parte horizontal hay también sendas cruces labradas en lo alto del mojón. Son cruces al cielo. ¿Se trata de las que relata el Tumbo de Valdeiglesias? ¿O al menos pertenecen a la ubicación inicial en donde había mojones a mediados del siglo XVII por los monjes del convento cisterciense?
Digamos ya que esta mojonera encontrada se ubica muy cerca del cruce de caminos de las actuales carreteras de Pelayos a Cadalso, y de San Martín hacia Villa del Prado. Muy cerca del abrevadero que aún persiste del denominado cordel del Boquerón. En la antigüedad este valle se denominaba Val de Aliam, según se relata en el Libro de la Montería, escrito por el rey Alfonso XI (Alfonso el Onzano, siglo XIV), un monarca que fue asiduo de la zona por su afición a la caza. El cordel que mencionamos arranca de abajo del valle, al lado del arroyo del Tórtolas. En época medieval existía, probablemente cerca del actual puente que cruza el arroyo hacia Entrepinos, una aldea denominada santa María de Tórtoles.
Y es una zona rica en pinares. Pero debemos suponer que muchos de los actuales pinos son de repoblación; son claramente posteriores a la fecha de la Edad Moderna que estamos refiriendo. Sin embargo, no nos gustaría olvidarnos de un hermoso ejemplar de pino pinea (pino piñonero o pino carretero), datado en alrededor de doscientos años que alardea junto al referido cordel que no es otra cosa que una cañada de trashumancia, vigente hasta hace pocas fechas.
Pero lo más singular del lugar en donde se encuentran los mojones referidos es un hermoso ejemplar de Enebro Junípero. Desde los mojones, el caminante observa a un lado el camino de trashumancia, con un abrevadero a su espalda, y de frente este ejemplar de varios centenares de años, con un porte elegante y redondeado.

Enebro junípero.

Las mojoneras aludidas distaban del monasterio dos leguas (alrededor de diez kilómetros). ¿Era una distancia elevada para pensar que estaba fuera de la jurisdicción monacal? En absoluto. Pese a que Valdeiglesias no fuese un monacato especialmente poderoso (especialmente por sus continuas disputas con el pujante burgo de san Martín de Valdeiglesias), sin embargo, en época medieval los monjes contaban con amplios territorios donados que cultivaban para su provecho.
Además existe una circunstancia importante para el autor del presente artículo. Aludíamos al principio que Valdeiglesias contaba con varias dehesas. Una de ellas es la denominada Fuente del Sauz, cuya ubicación no está clara. Gregorio de Andrés, autor del libro “Las cacerías en la provincia de Madrid en el siglo XIV” analiza la toponimia del mencionado y hermoso Libro de la Montería. Y sitúa Fuente del Sauz, en el denominado “pasto común” (tierra aramio), muy cerca de la zona en donde se encuentran las mojoneras aludidas.
Y además el nacimiento del arroyo de la Presa (que pasa por San Martín y Pelayos) se encontraría, según consideramos, escasamente a unos doscientos metros de los mojones. ¿Y por qué es importante este dato? Pues porque la jurisdicción del monasterio de santa María de Valdeiglesias arranca del nacimiento del arroyo del Molino de la Presa. Así dice el Tumbo: “desde la fuente más alta de dicho valle hasta ……”
Por tanto, nos encontramos con el descubrimiento de unos mojones “con la cruz al cielo” que podrían pertenecer a los mencionados en el siglo XVII, por el Tumbo, y que delimitaban la parte suroeste del amplio territorio de los monjes. Los medievalistas consultados y profesores de Historia no descartan esta hipótesis aunque matizan que los actuales podrían estar situados en donde originalmente lo estuvieron en épocas pasada. Desde luego se requeriría un estudio arqueológico que confirmase estas hipótesis.
Indudablemente, lo que no hay duda es que nos encontramos en un cruce de caminos, por donde durante siglos pasaba la cañada real, y en donde es lógico pensar que los monjes intentasen la delimitación de su territorio monacal para que el ganado no campase por sus dominios.

Enrique Jurado Salván, periodista y doctor por la UCM.

Publicado en CulturaComentarios (0)

Por un museo regional sobre el Cister en el Monasterio Santa María de Valdeiglesias

Los trabajos de consolidación y restauración del monasterio de Santa María de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa, han entrado en una fase más dinámica que permiten vislumbrar que el complejo monástico está mejor protegido y pudiendo tener zonas visitables más amplias que en la actualidad. El desescombro y consolidación de las paredes de la nave de la iglesia, cuando concluyan los trabajos realizados por la Comunidad de Madrid, permitirán al futuro visitante entender mejor cómo era la iglesia del monasterio. Además ahora se realizan con fondos comunitarios la restauración de la chimenea, situada en el ala sureste, en la zona de la cocina monacal. Para los amantes y defensores de este monasterio, único en el estilo cisterciense de la Comunidad de Madrid y tantos años olvidado y expoliado, es un motivo de satisfacción ver estas mejoras. Y creemos, además desde la asociación cultural Alberche-Albirka (alberchealbirka.wordpress.com), que es momento de contemplar la posibilidad de crear un Museo sobre el Cister en la Comunidad de Madrid, que utilice nuestro monasterio (claustro, nave de la iglesia) como espacio museístico. Sería, además de una reparación histórica consigo mismo (frente a los reiterados agravios al propio monasterio), una pieza fundamental para dinamizar la comarca de Sierra Oeste con un turismo de calidad e interés histórico-artístico.
Hace poco más de tres años el monasterio dispone de visitas guiadas, un anhelo defendido por la asociación cultural Alberche-Albirka desde su fundación hace casi veinte años. Pero han sido especialmente el empuje y la determinación de Ana Muñoz, presidenta de la Fundación Santa María la Real de Valdeiglesias, los que hicieron posible que ese anhelo, también soñado por su tío Mariano García Benito, fuese posible. En la actualidad, existen visitas mensuales organizadas por el Ayuntamiento de Pelayos y la fundación. Ha sido, sin duda, un avance. Igualmente las obras de consolidación y restauración llevadas a cabo por la Comunidad de Madrid en diferentes fases han evitado el deterioro monástico y, después, su mejora aunque no cabe olvidar que estamos hablando de un complejo en semirruinas.
Por todo ello, es el momento de dar un paso más. El monasterio de Valdeiglesias es una joya arquitectónica de gran valor histórico (ver Tumbo de Valdeiglesias, en ‘bibliotecadigital.rah.es’; un documento de especial importancia, abierto a su conocimiento general gracias a esta asociación cultural). No solo para los pelayeros o la comarca de Sierra Oeste (con San Martín y Navas del Rey, a la cabeza). Es importante para los madrileños, en su conjunto, y para la sociedad española (no olvidemos que tiene consideración de Bien Cultural desde 1985).
Para la Sierra Oeste, la existencia de un monasterio del siglo XII, con gran interés artístico, histórico y medioambiental, dinamizaría el eje tradicionalmente denominado de la carretera de los pantanos. Hace ya cerca de diez años, Albirka defendió la creación de un eje de impulso turístico en la zona, apoyado por Comunidad de Madrid, Sierra Oeste y ayuntamientos de la zona. La colaboración de asociaciones defensoras de este territorio, como la propia Albirka, también ayudaría. Ese eje pasaría por Pelayos, a través de su monasterio; San Martín (su castillo, construido en tiempos de Álvaro de Luna) y Toros de Guisando, ya en la provincia de Ávila. Las fronteras locales o regionales no debieran ser obstáculo para crear ese espacio de interés cultural, en beneficio de toda la región. Pero es a la Comunidad de Madrid a quien debería interesar en primera instancia esta iniciativa porque el monasterio de Valdeiglesias es único para entender la Plena Edad Media en la región.
¿Y qué tendría ese museo del Cister en el Monasterio de Pelayos? Pues un repaso didáctico-histórico de la importancia de los monjes cistercienses en la repoblación de nuestra comarca tras la conquista de Toledo (1085); conocer cómo era la vida cotidiana en la Edad Media, las peleas con el poderoso condestable Álvaro de Luna, las joyas que hubo en el monasterio y que ahora están desaparecidas o en otros lugares y, finalmente, los efectos de la Desamortización (1835-36). Un recorrido por nuestra historia, la cercana pero también la global, que las autoridades regionales y locales no deberían echar en saco roto. Se lo debemos al abad Guillermo, el primero en construir el complejo monástico; y también, aunque sea recorrer novecientos años, a Mariano García Benito, arquitecto, dueño del convento desde 1974 hasta su fallecimiento, y sin el cual hoy probablemente el monasterio no existiría o formaría parte de una excéntrica urbanización al uso.

Enrique Jurado, periodista y presidente de la asociación Alberche-Albirka.

Publicado en ActualidadComentarios (0)

Más de 1500 personas visitan Turoeste 2018, la Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid

La directora general de Turismo, Marta Blanco, inauguró el pasado sábado Turoeste 2018, la Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid, que este año se ha celebrado por primera vez en en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias de Pelayos de la Presa. Blanco estuvo acompañada por el viceconsejero de Medioambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Pablo Altozano, la presidenta de ADI Sierra Oeste, Belén Rodríguez, y el alcalde anfitrión, Antonio Sin.
La feria ha reunido a empresarios, mayoristas, agencias de viaje y firmas de alimentación con el objetivo de difundir y promocionar la oferta turística de la comarca. La feria ha contado con una parte dedicada a cliente final, en la que se han podido contratar y comprar, directamente, sin intermediarios, los productos ofrecido por los propios empresarios. Además se ha preparado un variado programa de actividades para todas las edades: conciertos de música, talleres de cosmética natural casera, visitas guiadas, talleres de cocina para niños, obras de títeres o talleres de educación ambiental, entre otras, a lo largo de los dos días de feria.
Durante el acto de inauguración, Blanco ha destacado el enorme potencial de desarrollo turístico de esta comarca, recordando que el Gobierno regional, en colaboración con la Asociación para el Desarrollo Integral de la Sierra Oeste de Madrid (ADI), ha venido trabajando durante los últimos meses en la identificación de la Sierra Oeste como un destino con personalidad diferenciada dentro del mercado turístico. “Creemos que los recursos turísticos de la zona son muy variados y de mucha calidad; iniciativas como esta lo que hacen es que se ponga en valor toda la oferta, esperamos que sea el principio para promocionar la Sierra Oeste como destino turístico de primer orden dentro de la Comunidad de Madrid” señalaba la directora general.
Pablo Altozano, viceconsejero de Medioambiente y Ordenación del Territorio, se mostraba también muy satisfecho con la feria. “Estamos en un entorno medioambientalmente y como destino turístico privilegiado; sitios como el Monasterio y los productos que se elaboran en esta zona forman la combinación perfecta para poder anunciar a todo el mundo que tiene que venir a esta zona”.
El alcalde pelayero, Antonio Sin manifestaba que es “una feria muy completa, este fin de semana podrán verse todos los productos de la zona”. Se mostraba además entusiasmado porque “han venido los representantes de todos los municipios, lo organiza ADI Sierra Oeste y todos los pueblos somos por ello anfitriones de alguna manera”. El regidor anfitrión explicaba la elección del Monasterio, “es uno de los monumentos con más historia y bagaje de esta zona”.
Roberto Cordero, gerente de ADI Sierra Oeste y uno de los grandes impulsores de la iniciativa, hacía un balance muy positivo. “Se han superado la expectativas ofreciendo una imagen unificada de los atractivos turísticos de toda la comarca, han pasado más de 1.500 personas por una feria que marca un antes y un después pues nos va a permitir situarla entre las más detacadas de la Comunidad. Ya estamos preparando una encuesta de valoración para corregir en lo que nos hayamos podido confunidir y la opinión de los expositores”. Cordero anunciaba que se está valorando el carácter rotativo de la feria: “los empresarios deben darnos su opinión al respecto; han salido contentos, y con sus expectativas cumplidas, así nos lo han hecho llegar personalmente”. El gerente anunciaba más iniciativas para fomentar el tiusrismo: “para julio o agosto tendremos una nueva convocatoria de ayudas con el turismo como eje estratégico, para emprender o modernizar los negocios; desde aquí estamos dispuestos a ayudar en todo lo que podamos”.

Publicado en ActualidadComentarios (5)

Todo a punto en Pelayos de la Presa para la primera Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid

  • La Feria se celebrará el fin de semana del 16 y 17 de junio de 2018, en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias de Pelayos de la Presa.
  • Organizada por ADI Sierra Oeste de Madrid, contará con el patrocinio de la Dirección general de Turismo de la Comunidad de Madrid.
  • Contará con un área de expositores de productos agroalimentarios, artesanía, empresas de ocio en la naturaleza y del sector de la hostelería.
  • Para el fin de semana se ha preparado un amplio programa de actividades.

La Sierra Oeste de Madrid es un territorio privilegiado desde el punto de vista turístico, con un potencial inmenso y que, en muchos casos, está aún por explotar. La 1ª Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid, que se celebrará en fin de semana del 16 y 17 de junio en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias de Pelayos de la Presa, supondrá un escaparate privilegiado para toda nuestra comarca, ya que en ella se congregará toda la oferta turística del territorio.
La feria pretende reunir en un mismo espacio a empresarios, mayoristas, agencias de viaje y cliente final, a fin de difundir y promocionar la Sierra Oeste como destino Turístico. Así la Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid contará con una doble finalidad.
La feria contará con una parte dedicada a cliente final, en la cual estos podrán contratar y comprar, directamente, sin intermediarios, los productos que prefieran, ya que se permitirá la comercialización de los mismos por los propios empresarios.
A fin de hacer mucho más ameno y divertido el paso por la Feria, ADI Sierra Oeste ha preparado un variado programa de actividades para todas las edades. Conciertos de música, talleres de cosmética natural casera, visitas guiadas, talleres de cocina para niños, obras de títeres o talleres de educación ambiental, entre otras serán las actividades que se van a desarrollar a lo largo de los dos días de feria.
En consecuencia, la 1ª Feria de Turismo de la Sierra Oeste de Madrid supondrá un escaparate privilegiado para dar a conocer toda nuestra oferta turística, convirtiéndonos, durante la celebración de la misma, en el centro de atención del sector turístico de la Comunidad de Madrid.
Esta feria contará con el patrocinio de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid. Lo que viene a evidenciar la clara apuesta de la Comunidad de Madrid por la Sierra Oeste como destino turístico.
Para más información sobre el programa pueden dirigirse a la Asociación para el Desarrollo Integral de la Sierra Oeste de Madrid (Roberto Cordero Navarro). 91 861 15 73 / 680 98 38 09 (sierraoeste@sierraoeste.org) o en www.sierraoeste.org.

Publicado en Actualidad, Sierra Oeste, TendenciasComentarios (2)

El arte expoliado del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias II

  • La portada renacentista del Monasterio se desmanteló y trasladó a la finca El Alamín en Toledo.

El número 211 de la Gaceta de Madrid publicado el 29 de julio de 1835 anunciaba un Real Decreto que en su punto número uno afirmaba: “Los monasterios y conventos de religiosos que no tengan 12 individuos profesos, de los cuales dos terceras partes a lo menos sean de coro, quedan desde luego suprimidos y lo mismo se verificará en lo sucesivo respecto de aquellos cuyo número venga a reducirse con el tiempo a menos de lo establecido.”
El Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, ya en clara recesión a todos los niveles, contaba con unos 10 monjes que tuvieron que abandonarlo. Ante las continuas cartas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) al Gobierno alertando de la posibilidad de destrucción del arte español, el Estado creó las llamadas Comisiones de Desamortización de Monumentos que, en teoría, se encargarían de contabilizar y velar por los objetos de arte que hubiera en estos lugares.

Portada renacentista (derecha), ahora en El Alamín.(Interviú)

En concreto, un legajo que se encuentra en la sede de la RABASF en Madrid con fecha 30 de abril de 1836 muestra el inventario de los elementos artísticos que había en el Monasterio por entonces. Además de la sillería del coro, el facistol y las pinturas de Juan Correa de Vivar ya mencionados en el anterior artículo, en este documento se habla de otros muchos objetos como por ejemplo: dos cabezas de Ecce-Homo que se encontraban en la sacristía, otras pinturas como el Descendimiento de San Juan Bautista situado junto a la capilla, una pintura de San Benito, El Martirio de San Lorenzo en el respaldo de la sillera y en el claustro superior un gran relieve de Jesucristo muerto además de muchas otras figuras, relieves y pinturas de menor consideración.
En 1853 un oficio del Gobierno de Madrid preguntaba a la Comisión Central de Monumentos sobre si la piedra del convento extramuros podría ser utilizada para construir una cárcel en San Martín de Valdeiglesias. Afortunadamente, esta comisión informó negativamente, aunque muchos objetos ya habían desaparecido para entonces como ya se puede intuir en un grabado de la Ilustración Española y Americana de 1892 realizado por Isidoro Salcedo.

Interior de la portada de El Alamín.

El Monasterio es finalmente propiedad del Estado en 1885, que se lo vende poco después a Ignacio José Escobar y López, I Marqués de Valdeiglesias. La familia del Marqués de Valdeiglesias lo poseyó hasta que se lo vende a Juan Claudio Güell, Marqués de Comillas en algún momento entre los años 1930-1940. Posteriormente, entre los años 1946 y 1956 la portada renacentista por donde se entraba al Monasterio se desmantela y traslada a la finca El Alamín en Toledo. Posiblemente, alrededor de 1951, el Marqués de Comillas lo habría vendido ya, aunque hubo que esperar a un auto judicial en 1962 para inscribirlo en el registro de la propiedad de San Martín de Valdeiglesias.

Elementos recuperados del pórtico.

Algunas personas han visitado los alrededores de esta finca privada para comprobar si efectivamente la portada renacentista se encuentra en este lugar, aunque no había sido posible encontrar evidencias fotográficas hasta ahora. Sin embargo, un reportaje de Interviú sobre Gerardo Díaz Ferrán en marzo de 2013 publicaba tanto en su portada como en las páginas interiores cómo los arcos de la portada y los torreones habían sido montados para ser la entrada de la residencia. La propia revista titulaba una de las fotografías: “La espectacular entrada de la residencia también alberga trofeos de caza”. Es bastante probable que muy poca gente que leyera esta información supiera de la procedencia e historia de esta entrada de piedra.
Como comenté en el anterior artículo, la gestión de Don Mariano García Benito consiguió que, la estatua de San Bernardo, un escudo con simbología cisterciense y otros elementos de la portada, se puedan admirar hoy en día en el Monasterio. Sin embargo, dos relieves, un blasón con retazos monárquicos y otras partes de esta espectacular portada, como el tímpano, continúan desaparecidos, aunque probablemente se encuentren en algún lugar de esta finca.
A diferencia de los anteriores propietarios, Don Mariano García Benito rápidamente se dio cuenta de la belleza y el arte contenidos en el Monasterio tras encontrar un anuncio en ABC en 1973 en el que se ponía a la venta, visitarlo a continuación y a las pocas semanas firmar la escritura de la propiedad. A pesar de su estado de ruina, no dudó ni un instante en pensar que lo que aún quedaba tenía un enorme valor histórico y cultural y que había que detener el expolio. Además, retomó la propuesta del Conde de Yepes para declarar Monumento Histórico-Artístico el Monasterio de Pelayos de la Presa en 1968. Finalmente, en noviembre de 1983 apareció en el Boletín Oficial del Estado, un Real Decreto firmado por Javier Solana declarando al Monasterio, Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional.

Mario Cuellar.

Publicado en Actualidad, Sierra OesteComentario (1)

Pleitos entre los abades y la villa de San Martín de Valdeiglesias

  • El condestable Álvaro de Luna ganó la batalla al abad del monasterio en 1434.

En 1150, fecha del inicio de la construcción del Monasterio de Valdeiglesias, este valle apenas estaba habitado por doce eremitorios diseminados entre el desfiladero de San Juan y el cerro de Guisando. Alfonso VII decide unir a estos eremitas diseminados en la comarca, para fundar juntos, el monasterio de Santa María de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa. Y cabe a los monjes la tarea de repoblar la zona, bajo el apoyo real, una vez que Toledo (1085) ha sido ya conquistada y se requiere un avance decidido al sur del Tajo. Pronto, sin embargo, comienzan los pleitos entre el señorío abacial y los nuevos pobladores, puesto que el surgimiento de villas como las de San Martín, y en menor medida Pelayos, chocan con la omnipresencia de los monjes, señores únicos, en ese momento del valle.
El primer choque se produce en 1205, cincuenta y cinco años después de la Dotación del monasterio por parte de Alfonso VII, llamado el emperador por unir en su figura los reinos de Castilla, León y Galicia. El Tumbo, el libro que relata la historia del monasterio desde su creación hasta la Desamortización (1835) , ya señala que siendo abad del convento Bernardo tuvieron diferencias con los pobladores del valle de San Martín y de Pelayos “porque querían alzarse con toda la tierra de la Dotación que había dado a este monasterio el emperador”. El rey Alfonso VIII interviene y encarga al arzobispo de Toledo que intervenga y marque los términos. “Oyó las partes”, menciona el monje escribano del Tumbo, “y visitando la tierra” [el arzobispo de Toledo], dio sentencia “por la cual señaló vasallos a todos los moradores y vecinos de San Martín y de Pelayos, y los derechos que debían pagar al abad”. El monasterio había ganado. Pero, solo, de momento…
Los monjes fueron los repobladores del valle. A partir de su instalación en él, vinieron muchos pobladores, pero también se convirtieron en los señores de la comarca, y los pioneros de las villas pasaron de campesinos a vasallos abaciales. Por tanto, el conflicto estaba servido y durará siglos. Es tiempo en el que el monasterio extiende su poder con la incorporación de la granja de Alarza (de donde coge el trigo para los monjes, allá en el señorío de Plasencia), y las dehesas de las Cabreras y Navas [actual Navas del Rey]; así como el derecho de paso de ganados por la Cañada Real.
Este artículo no permite extenderse con detalle en la multitud de pleitos y peleas, incluso con “gente armada” entre la villa de San Martín, cada vez más en auge y los abades del monasterio. Digamos que en 1355, el obispo de Ávila, el influyente don Sancho, actúa a instancia del rey Juan I como juez árbitro, sentenciando a favor, nuevamente, del monasterio y mantiene el uso de las tierras para labrarlas y cultivarlas en beneficio de los monjes; así como el derecho de paso de ganados libres de cargas.
La venta de San Martín
La venta de San Martín a Álvaro de Luna, comendador de Castilla, en 1434, se produce precisamente, para intentar solventar los continuos pleitos entre los pobladores del valle y los monjes, señores del dominio abacial que incluye toda la comarca.
El monje relata esas supuestas razones para vender gran parte de la jurisdicción de Valdeiglesias a Alvaro de Luna, entonces verdadero hombre fuerte del rey Juan II. Y obviamente el monje toma partido a favor del monasterio: “los desafueros y maldades de los de dicha villa [San Martín] hacían y usaban con el abad y convento de este monasterio perdiendo la vergüenza y temor de Dios: no guardando el respeto que debían al abad como señor que era. Y fue tanto que viendo el dicho abad no se podía averiguar [arreglar] con ellos trató con el dicho condestable de venderle el dicho señorío de la dicha villa por salir de tan mala gente y tener paz”. “De tal venta no resultó la paz que se pretendía sino mayores dificultades y pleitos que al día de hoy [mediados del siglo XVII] no se han acabado”, afirma el monje que escribió el Tumbo.
Hoy estas palabras hay que entenderlas sin localismos absurdos. La razón de fondo del conflicto entre el emergente burgo de San Martín, formado por campesinos, artesanos que pronto tendrán mercado franco y la incipiente clase de caballeros, por una parte; y el monasterio de Valdeiglesias, por otra, era moneda común en grandes partes del Reino. En definitiva es la lucha, a veces cruenta, entre el poder urbano y el poder monacal. A mediados del siglo XV, las poblaciones urbanas aliadas con la nobleza real (representada en este caso por Alvaro de Luna) lograrán imponerse a los señores monacales cuyo poder era ya, especialmente en el caso de Valdeiglesias, sensiblemente inferior al de 1150.
Hay, sin embargo, otras razones y consecuencias de por qué el abad busca a Alvaro de Luna, para vender la gran parte de su jurisdicción hipotecando el futuro del monasterio. El Tumbo, veladamente, apunta a que el acuerdo de venta al condestable se hizo en contra de buena parte de los monjes. Ahí aparece la figura del abad Pedro de Urueña, quien urdió la venta por 30.000 maravedíes. Este monje, procedente del convento cisterciense de La Santa Espina, en Valladolid (casa madre de la que dependía Valdeiglesias), junto con otros cinco monjes más también de La Espina, fue la figura clave para realizar la operación. El abad tenía vinculación, probablemente, con Alonso de Urueña, el influyente abad de La Santa Espina.
Veinte años después de la venta, en 1453, otro abad, en este caso Alonso de Matatoros, originario de San Martín, intentó revertir la venta cuando se enteró de que Alvaro de Luna, había perdido drásticamente su influencia, e iba a ser ajusticiado en Valladolid. Un monje del convento viajó en menos de tres días desde Pelayos, para hablar con el todavía condestable de Castilla y “llamarle a misericordia”, pero al llegar a la ciudad vallisoletana encontró, dramáticamente, la siguiente escena en la plaza mayor vallisoletana: en una pica la cabeza de don Alvaro, y en el suelo su “cuerpo tronco”, como se narra (ver artículo del mismo autor en “Santa María de Valdeiglesias, un monasterio por descubrir”. Revista “Románico”. Enero 2018). Llegó tarde para intentar convencer a Alvaro de Luna puesto que acababa de ser ajusticiado. Pero, esa, es otra historia.

Castillo de la Coracera (San Martín de Valdeiglesias).

Una calle para el monje escribano

“El gran deseo que he tenido, y tengo, de servir en algo a este monasterio de Nuestra Señora de Valdeiglesias donde tomé este santo hábito, viéndome ya en los últimos años de mi vida y tan achacoso que no podía servir en otros oficios, tomé por asunto el componer los papeles del Archivo”. Así comienza el monje anónimo del Tumbo de Valdeiglesias, escrito entre 1636 y 1644, un libro elaborado en pergamino de más de mil páginas, que al cabo del tiempo es prácticamente el único testimonio escrito que se conserva del monasterio de Pelayos de la Presa.
Este monje realizó un trabajo minucioso durante ocho años recogiendo el escrito de Dotación, privilegios reales, bulas papales, pleitos entre vecinos y el monasterio. Sin él no sabríamos cómo vivían los monjes cistercienses, ni cuáles eran los términos y obras realizadas durante nueve siglos. Sorprende su rigor y meticulosidad. Este monje del convento, el Monje de Valdeiglesias, requeriría hoy el nombre de una calle por parte de los Ayuntamiento de Pelayos de la Presa, San Martín y Navas del Rey.

Enrique Jurado, periodista y presidente de la Asociación Cultural Alberche-Albirka, colectivo autor de esta serie de artículos históricos.
www.Albirka.blogspot.com.

Publicado en CulturaComentarios (4)

El arte expoliado del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias

Desde la Desamortización de Mendizábal (1835) hasta 1974 el edificio ha sufrido numerosas pérdidas.

El Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias alcanzó su esplendor durante el reinado de los Reyes Católicos y duró al menos dos siglos, iniciando su declive hacia 1750, tras dos graves incendios. El declive se convirtió en desastre cuando en 1835 la ley desamortización de Mendizábal sacó a la venta el Monasterio y los últimos monjes tuvieron que abandonarlo.
La Academia de Artes de San Fernando llamó la atención sobre la importancia artística del Monasterio en varios documentos. Según consta en ellos, el traslado a Madrid de objetos de arte tras la desamortización, como la sillería del coro, el facistol y las pinturas de Juan Correa de Vivar costó 7.273 reales y 24 maravedíes. Estos objetos fueron depositados en el convento de la Trinidad de Madrid el 14 de abril de 1836.

Portada renacentista ahora en El Alamín. Imagen del Conde de Polentinos tomada en 1924 y extraida de la Fototeca Digital de Patrimonio

Pero tuvieron diferentes destinos, Don Mariano García Benito, en su libro El monasterio cisterciense de Santa María de Valdeiglesias (Ediciones Doce Calles) documenta que:
– Tras el incendio de la sillería del coro que existía en la catedral de Murcia, la Reina Isabel II ordenó el envío de la citada sillería y el facistol para sustituir lo quemado.
– Los retablos del pintor renacentista Juan Correa de Vivar fueron enviados al Museo del Prado donde estuvieron expuestos hasta la remodelación de la sala de pintura renacentista y que, por su calidad, deberían volver a exponerse.

Imagen del Conde de Polentinos tomada en 1924 y extraida de la Fototeca Digital de Patrimonio

– Otros cuadros situados en capillas y corredores, sí se pueden admirar ya que se encuentran expuestos en el Museo de la Santa Cruz en Toledo.
Sin embargo, muchos otros elementos del Monasterio no tuvieron tanta suerte y algunos de los sucesivos propietarios y otros particulares llevaron a cabo un sostenido proceso de expolio en el tiempo durante el siglo XX que terminó en 1974 tras su adquisición por Don Mariano García Benito.

Imagen del Conde de Polentinos tomada en 1924 y extraida de la Fototeca Digital de Patrimonio

Tras la desamortización y comenzando por las partes altas del Monasterio, fueron desapareciendo las tejas, la cruz de la fachada barroca y el claustro plateresco de la segunda planta con un total de 36 columnas de piedra berroqueña con sus correspondientes capiteles tallados y los dinteles que unían todo el perímetro de aproximadamente 90 metros.
Según Doña Valentina Gómez Mampaso, en el primer artículo publicado en prensa sobre el Monasterio en el ABC en 1973, el Monasterio fue cedido a una Sociedad Minera llamada la Fraternidad, que probablemente se dedicó a vender las piedras. En este artículo cita a Antonio Ponz, que en su obra Viajes por España, del siglo XVIII señala que había dos estatuas en los dos altares de la cabecera de la iglesia, junto al altar mayor de las que se nada se sabe.
Es conocido y está documentado que Juan Claudio Güell, tercer Marqués de Comillas y conde de San Pedro de Ruiseñada, se llevó piedra a piedra la portada renacentista que se encontraba a la entrada del Monasterio hacia 1950 para instalarla en su finca de Toledo, conocida como El Alamín. Unas gestiones realizadas por Don Mariano con los descendientes del Marqués lograron, al menos, que la estatua de San Bernardo y algunos otros elementos de esta magnífica portada fueran devueltos al Monasterio.
Otros objetos de arte y religiosos, como la estatua de la Virgen de la Asunción de la fachada barroca del Monasterio, la cabeza de la estatua de San Bernardo, tres órganos, las campanas, los 4170 azulejos talaveranos que se mencionan en el Tumbo de Valdeiglesias, el arco carpanel que sostenía el coro o las losas del claustro desaparecieron o fueron arrancados y transportados a otros lugares.
Por todo ello, quizás ha llegado el momento de que todos colaboremos con la Fundación del Monasterio, las autoridades e instituciones dedicadas a la conservación del arte y el patrimonio para localizar y en su caso recuperar parte de nuestra histórica comarcal.

Mario Cuellar.

Publicado en Actualidad, Sierra OesteComentarios (3)

Santa María la Real de Valdeiglesias, una joya histórica cada día más viva

Nuestra Comarca no existiría sin el Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias y, de existir, sería muy diferente. La construcción en el Siglo XII de un monasterio en un lugar de frontera fijó una población que, poco a poco, conformó lo que hoy conocemos como Sierra Oeste de Madrid. A día de hoy sigue siendo difícil comprender los siglos de historia y la grandeza de uno de los enclaves históricos más importantes de la Comunidad de Madrid, además de uno de los más desconocidos y abandonados durante muchos años.
El Ayuntamiento de Pelayos de la Presa y la Fundación Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias llevan años en un empeño que parecía prácticamente imposible de continuar el trabajo puesto en marcha durante buena parte de su vida por Mariano García Benito, cuyo esfuerzo y voluntad era recuperar el prestigio y el esplendor de lo que durante muchos siglos fue el verdadero motor de nuestros municipios. La idea es recuperar y fijar, respetando los materiales originales, no reconstruir, que sería, quizás, más sencillo, pero rompería la magia verdadera que rodea un edificio imposible de evaluar desde fuera y que poco a poco sigue demostrando todo lo que puede ofrecer a Pelayos de la Presa y al resto de la Sierra Oeste, porque tenemos entre las manos una verdadera joya arquitectónica que, por fin, aunque está costando mucho trabajo, mucho sudor y mucho esfuerzo por parte de muchas personas e instituciones, se está convirtiendo en un enclave cada día más visitable y turísticamente viable.
Los últimos trabajos permiten acceder al claustro del monasterio a través de la puerta de la hospedería, así como a los restos de la iglesia —el lugar por el que se empezó a construir el lugar— y estar junto a los retazos del altar, recorrer las ruinas de este origen de nuestra historia es toparse con robusto granito, con la grandiosidad de lo que tuvo que ser en tiempos, con restos de arte mozárabe y mudéjar, con una pequeña capilla de un estilo semejante a la iglesia mozárabe de Santo Tomás de las Ollas, en Ponferrada o incluso un aljibe que permitía hacer circular el agua recogida por la lluvia a diversas dependencias del edificio. Estamos ante un enclave realmente mágico, complicado de entender en toda su grandiosidad.
Las reformas y fijados van poco a poco, intentando, en primer lugar, evitar que lo que queda en pie se desmorone o resulte un peligro para todos los posibles visitantes y, después, convertir en lugar en un rincón más vistoso y visitable. Uno de los detalles que más llaman la atención de estos últimos trabajos arquitectónicos y arqueológicos es la implantación de una escalera metálica de caracol que permitirá en el futuro el acceso a uno de los puntos visitables de la segunda planta, así como los esfuerzos que se están poniendo en recuperar la visibilidad de todos los estilos utilizados en el monasterio sin añadir, siempre que es posible, nada que no sea material original.
En su afán por recuperar la grandeza de este paraje tan singular, la Fundación y el Ayuntamiento, responsables del Monasterio, han puesto en marcha una serie de visitas guiadas que se convierten en apuntes de historia, sociedad, actualidad y arqueología. La última de estas visitas se llevó a cabo el pasado domingo 28 de enero, dentro de los eventos organizados con motivo de las fiestas de San Blas de Pelayos de la Presa. Rafael Rodríguez fue el responsable de mostrar a todos los visitantes toda la riqueza que les rodeaba. Y la visita fue un éxito rotundo.
Más de 200 personas se dieron cita en el Monasterio y recorrieron con Rafael toda la zona visitable actualmente, conociendo los últimos trabajos de restauración y conociendo toda su historia, desde el inicio de su edificación hasta nuestros días, sin olvidar el momento en el que un arquitecto se llevó la sorpresa de su vida al leer en un periódico un anuncio que rezaba: “Se venden ruinas de un monasterio”.
Si tienes interés en recorrer el Monasterio de forma guiada, la Fundación permite concertar visitas para grupos de un mínimo de 20 personas escribiendo al correo electrónico visitas@monasteriopelayos.es. También hay programadas algunas visitas para los meses venideros, las próximas visitas organizadas se realizarán el 10 de febrero, 10 de marzo, 7 de abril, 12 de mayo y 9 de junio.
Si estás interesado en encontrar más información, visita:
http://monasteriopelayos.es

Javier Fernández Jiménez.

Publicado en CulturaComentarios (4)

Mariano García Benito: un arquitecto al cuadrado

HOMENAJE A MARIANO GARCÍA BENITO.

El 18 de mayo se cumplen 5 años de su fallecimiento. Adquirió en 1974 el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias dedicando parte de su vida y su dinero a intentar parar el expolio y abandono al que estaba sometido desde que fue desamortizado en 1835. En 2003 lo donó gratuitamente al Ayuntamiento.

Desde 1974, el nombre de Mariano García Benito está asociado al Monasterio de Santa María La Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa, cual si se tratara de un monje incorporado en esa fecha a la disciplina de la Orden del Císter. Algo que -aun siendo falso- no deja de tener una parte de verdad pues, desde aquel momento, García Benito añadió el Monasterio a su quehacer cotidiano, llevando a cabo un ejercicio personal de “ora et labora”, al servicio de una orden de nuevo cuño, creada por él mismo y con un único objetivo esencial: lograr la salvación de su arquitectura. Para ello dispuso la experiencia profesional y los medios económicos obtenidos en el desarrollo de su trabajo como arquitecto.

Edificio Philips (Madrid).

En el año 1956, coincidiendo con su titulación como arquitecto, obtiene el premio William L. Pereira, de la E.T.S. de Arquitectura de Madrid. Desde esa fecha, hasta 1974, cuando compra el Monasterio, ya había generado una importante labor profesional. Formó parte de los equipos que proyectaron viviendas sociales en los barrios de Manoteras, La Elipa y Entrevías (1957-73). Colaboró en programas de arquitectura escolar (Ministerio de Educación y Ciencia. 1960-62) y viajó a Estados Unidos, para estudiar e implantar en España nuevos modelos de arquitectura en ese sector. La actividad en el ámbito público, no le impidió trabajar para clientes privados, existiendo numerosos edificios en Madrid que llevan su firma. Desde edificios de viviendas hasta oficinas de grandes empresas, intervino en casi todo. Colaboró con Luis Gutiérrez Soto, uno de los grandes arquitectos de Madrid, diseñando juntos en 1966 el edificio de viviendas donde se situó uno de los primeros grandes supermercados, el famoso Pryca, en C/ Velázquez, esquina a C/ López de Hoyos, actual VIPS.

Edificio Cuzco IV (Madrid).

Este edificio, junto con las oficinas Cuzco IV (1979) y Philips (1968), más los ya citados barrios, la Escuela Infantil Hiedra (1962) y el Colegio Diocesano de S. Francisco (1960) están incluidos en la Guía de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Madrid. Pero no son los únicos de interés. Los edificios Zurich, ENTEL y SEPSA (años 70-80), la antigua Estación de Autobuses de Palos de Moguer (1968) y el edificio de viviendas de la C/ General Oráa (1963), que incluye la novedad de situar los ascensores en fachada, muestran su manera de estar a la vanguardia. Resulta difícil elegir los más destacables, pero, sugiero cuatro de ellos:
La Escuela Infantil Hiedra, por su innovación programática y el equilibrio formal entre los volúmenes ortogonales de las aulas y el pabellón hexagonal colectivo.
El Centro de Parapléjicos de Rafaela Ybarra, por el uso del hormigón armado visto, la sugerente articulación de espacios interiores y la complejidad de resolver las necesidades de movilidad de unos usuarios muy especiales, en una época (1977) en la que todo era incipiente.
El edificio de talleres y oficinas para Philips (1968), al inicio de la N-II, por la armonía de sus diferentes volúmenes prismáticos, que incorporan la arquitectura industrial a la composición general del conjunto, sin perder por ello calidad estética.
El edificio Cuzco IV, por la elegante manera de incorporar un hito arquitectónico a la Avda. de la Castellana de Madrid, con una composición de sucesivos planos de fachada, resueltos con elementos prefabricados de hormigón, de tonalidad ocre y acristalamiento integrado, que aligeran su volumetría, sin perder por ello contundencia formal.
En todos ellos manifiesta su forma de entender el diseño arquitectónico, en el que predomina la composición ortogonal, el equilibrio de líneas y las formas cuadrangulares. Por su capacidad de trabajo y por su estilo, creo que se puede decir de él que era: un arquitecto al cuadrado.

Alfonso Segovia es arquitecto y presidente de la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María de Valdeiglesias.

Descargar páginas 24 y 25 A21 mayo 2017

Publicado en Actualidad, CulturaComentario (1)

La tremenda responsabilidad de la herencia de Mi Tío

HOMENAJE A MARIANO GARCÍA BENITO.

El 18 de mayo se cumplen 5 años de su fallecimiento. Adquirió en 1974 el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias dedicando parte de su vida y su dinero a intentar parar el expolio y abandono al que estaba sometido desde que fue desamortizado en 1835. En 2003 lo donó gratuitamente al Ayuntamiento.

1.-El próximo 18 de mayo será el quinto aniversario del fallecimiento de “Mi Tío”, el Doctor Arquitecto D. Mariano García Benito, quien tuvo la suerte de encontrar en un anuncio en ABC la noticia de la venta de las ruinas de un monasterio a 60 Km. de Madrid y decidir comprarlo en 1974.
Cuando vio un tesoro de esa importancia abandonado, expoliado, desde que en 1835, por la desamortización de Mendizabal, dejó de pertenecer a la Iglesia Católica, fueron expulsados los monjes y pasó a manos privadas,  no dudó en comprarlo para protegerlo, limpiarlo, restaurar todo lo posible, amarlo y contagiar su entusiasmo a unos pocos que recogimos su legado.
Durante casi 40 años (1974 a 2012) protegió, trabajó, investigó, escribió,  divulgó, disfrutó e hizo disfrutar a propios y ajenos, luchó y puso en valor uno de los tres monasterios importantes de la Comunidad de Madrid (El Escorial, El Paular y Santa María la Real de Valdeiglesias) hasta que decidió regalárselo al pueblo en el que estaba situado: Pelayos de la Presa, con el propósito de beneficiarlo,  y al Valle de las Iglesias del que nacieron los pueblos de alrededor.
Me parece muy importante contar todo esto, aunque supongo que toda la comarca lo sabe, porque no quisiera que cayera en el olvido tanta generosidad y altura de miras.
2.-Como su sobrina, no soy nada imparcial, tengo que decir a los cuatro vientos que su generosidad no se limitaba a los temas económicos, es fácil cuando se tiene dinero, ni a su familia y amigos. Él regalaba cariño, atención, disfrute, conocimiento y alegría a quien lo podía apreciar y siempre recalcaba que los sentimientos se deben demostrar con hechos y palabras.
Siempre lo admiré por su manera de hacer sentir importante al de enfrente, por su elegancia para ayudar y respetar.
Los que le quisimos conocer de verdad, sabemos cómo le irritaba el desprecio a la cultura, de quien teniendo a su alcance los medios necesarios no los utilizaba y sobre todo la desidia. Ese desprecio le parecía ignorancia y siempre repetía una frase muy gráfica: “Era tan pobre que solo tenía dinero”.
Después  de 5 años intentando seguir haciendo algo parecido a lo que a él le hubiera gustado, hemos conseguido muchas cosas que él tendría que haber visto: las obras de consolidación y restauración: cuatro terminadas y el ábside de la iglesia que actualmente está muy avanzado. Nada de lo que ocurre es por nuestro esfuerzo, sino por el suyo.
Hemos hecho varias visitas guiadas, al Tumbo del Monasterio se puede acceder desde la web de la Real Academia de la Historia, se graban magníficos videos con los aparatos actuales  “drones” (en 2012 no era muy frecuente) que se divulgan en las redes. Se ha hecho la primera exposición en la torre de los instrumentos que, en piedra, adornan la fachada de la Colegiata de Toro.
La Fundación y el Ayuntamiento contamos con la ayuda de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, con la colaboración desinteresada de la Asociación de Amigos del Monasterio y de voluntarios incondicionales.
Imagino que nos ve, desde donde esté, y en algunas cosas nos dará aprobado  y en otras probablemente un suspenso, pero tengo la sensación de que en muchos momentos nos acompaña y nos dirige.
3.- Como buen previsor, en enero de 2004 hizo la Fundación para que en su ausencia, siguiéramos luchando para seguir sus objetivos: protección, restauración, divulgación y respeto por tantos siglos de Historia y Arquitectura.
Cuando ya veía que llegaba el final de su vida, pensó en mí para continuar su labor al frente de la Fundación. La tremenda responsabilidad de su herencia me hace sacar fuerzas y memoria para intentar luchar con uñas y dientes, a veces es necesario, y conservar la unión de la Fundación y el Ayuntamiento, ya que él así lo quiso y todos aceptamos su herencia encantados.
En toda esta historia el único protagonista debe seguir siendo “El Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias” y el objetivo de la Fundación, tiene que ser siempre, ayudar y poner trabajo y los medios para conseguir su total consolidación, abrir las puertas para su divulgación, seguir buscando las ayudas públicas y privadas para avanzar todo lo posible y sobre todo seguir las normas que nos impone el enorme respeto que se merece un “Monumento Histórico”  de esta categoría.
A la Fundación le queda mucho camino que recorrer y no podemos ver las cosas a corto plazo, este cuento empezó en 1150 y hay que andar sin prisa pero sin pausa.
Creo que el mayor desafío de la Fundación debe ser la unión, el trabajo y la altura de miras.
La ilusión de Don Mariano sería ver que todo el esfuerzo y generosidad que regaló con sus hechos y ejemplo siguen adelante.
Y la mía que nos dé un “progresan, casi, adecuadamente”.
Ana Muñoz es sobrina de Mariano García Benito y Presidenta de la Fundación Monasterio Santa María la Real de Valdeiglesias.

Descargar páginas 24 y 25 A21 mayo 2017

Publicado en Actualidad, Cultura, Sierra OesteComentario (1)

¿Y ahora qué hacemos con el monasterio?

HOMENAJE A MARIANO GARCÍA BENITO.

El 18 de mayo se cumplen 5 años de su fallecimiento. Adquirió en 1974 el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias dedicando parte de su vida y su dinero a intentar parar el expolio y abandono al que estaba sometido desde que fue desamortizado en 1835. En 2003 lo donó gratuitamente al Ayuntamiento.

Era 1973. Tres jóvenes, pelayeros de adopción (Paloma Dorado, Antonio Ventura y el que firma este artículo), se acercan a una agencia inmobiliaria en la calle San Bernardo de Madrid. No van a comprar un piso sino a informarse de un anuncio sobre las condiciones de venta de un bien para ellos precioso que es el maltrecho monasterio de Santa María de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa. Tan apreciado es que acaban de filmar un documental amateur, entre amigos, sobre el monasterio, grupo en el que está a veces un todavía desconocido Fernando Trueba, futuro director cinematográfico ganador de un Óscar. Ese mismo anuncio, publicado en el diario ABC, fue leído por Mariano García Benito siendo el origen de la compra del monasterio: “se vende un monasterio”.
Dice con razón Concha Velasco, coordinadora de estas páginas de homenaje, que a las autoridades locales “les cayó el gordo” cuando García Benito decidió transmitir al pueblo de Pelayos su legado como mecenas de un monasterio, que probablemente sin su intervención altruista, hoy habría desaparecido o utilizadas sus piedras para construir cualquiera sabe qué urbanización.
Esas mismas autoridades, que agradecidas sí al legado de García Benito, parecen contemplar  hoy esta joya en sus manos sin mostrarla al gran público. Tienen en sus manos el único monasterio cisterciense de la Comunidad de Madrid. Tienen en sus manos un monasterio que cuenta con el Privilegio fundacional de Alfonso VII, cuyo importante documento se exhibe estos días en el Museo del Prado (ver imagen de la exposición de la Hispanic Society de América). Está en sus manos, un monasterio cuyo documento más importante el llamado Tumbo de Valdeiglesias permanece depositado en la Academia de la Historia (bibliotecadigital.rah.es), para el estudio de los investigadores. Tienen en sus manos un convento que contó con una maravillosa sillería que hoy es la sillería de la catedral de Murcia…..

Torre herreriana del monasterio de Santa María de Valdeiglesias -Pelayos de la Presa-.

Y tienen en sus manos -y también tenemos en nuestra manos los ciudadanos de esta comarca- un potencial de atracción turística para la zona de Valdeiglesias; una oferta de turismo de calidad en una comarca en la que se cuenta, además del monasterio, con los Toros de Guisando y con el castillo de San Martín. Tres joyas de turismo cultural siempre que se gestione pensando en el desarrollo de la región. El desarrollo de la región no se hace solo con ladrillos sino apostando por los valores culturales y medioambientales, promoviendo el legado artístico.
El mejor legado sería, sin duda, que Pelayos y la comarca de Valdeiglesias, impulsaran la creación de un polo cultural alrededor del monasterio, abriendo sus puertas para visitas guiadas; creara un museo didáctico sobre el Arte Cisterciense en región de Madrid; buscara una financiación sólida de la Comunidad de Madrid para rehabilitar de manera integral esta joya artística.
Estas son algunas de las reivindicaciones que desde nuestra asociación Albirka (albirka. blogspot.com) defendemos desde nuestra fundación a principios del presente siglo. Somos conscientes de que la tarea necesita contar con diferentes entidades: Comunidad de Madrid, Sierra Oeste, ayuntamientos, empresarios, mecenas y emprendedores locales. Sería miope no ver en esta oportunidad, una vía de desarrollo económico y cultural para la comarca de Valdeiglesias. Sería el mejor regalo que nos podríamos hacer como ciudadanos, y la mejor contribución para proseguir el legado de García Benito, un mecenas altruista e imprescindible para toda la Sierra Oeste. Por eso, más que nunca cabe preguntarse: ¿Y ahora qué hacemos con su legado, qué hacemos con el monasterio?

Enrique Jurado es el presidente de la Asociación Alberche-Albirka.

Descargar páginas 24 y 25 A21 mayo 2017

Publicado en Actualidad, Cultura, Sierra OesteComentario (1)

Recordando a Don Mariano

HOMENAJE A MARIANO GARCÍA BENITO.

El 18 de mayo se cumplen 5 años de su fallecimiento. Adquirió en 1974 el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias dedicando parte de su vida y su dinero a intentar parar el expolio y abandono al que estaba sometido desde que fue desamortizado en 1835. En 2003 lo donó gratuitamente al Ayuntamiento.

La última vez que estuve con Don Mariano García Benito fue el 18 de noviembre de 2011. Había comentado a mis compañeros de la Agrupación Socialista de Pelayos de la Presa que me habría gustado que me firmara su libro sobre el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias. Muy atentamente accedió a ello y tras un café y una charla con el Monasterio como protagonista, me dejó su firma en un ejemplar: “A Mario Cuellar con mi afecto. Mariano”.
Como se suele decir, no te das cuenta de lo que tienes realmente hasta que lo pierdes. Como no podía ser de otra manera, su fallecimiento fue una gran pérdida no solo para su familia y amigos, también para el pueblo de Pelayos de la Presa.  En representación de los vecinos del municipio, la mayoría de los concejales estuvimos presentes en su capilla ardiente. La importancia y el recuerdo de Don Mariano para Pelayos de la Presa y también para mí, lejos de apagarse ha ido creciendo con el paso del tiempo. Su trabajo, su generosidad y su pasión con el Monasterio han permitido y permitirán que conozcamos su increíble historia y valor arquitectónico.
Hace unos meses, buscando en Internet alguna declaración suya, tuve la suerte de encontrar a unos periodistas que tenían un programa de misterio y que le habían realizado una entrevista en video en el mismo Monasterio. Uno de ellos, Santiago Álvarez, amablemente, me envió dos videos y me di cuenta de que tenía un documento inédito en mis manos. Tras verlos varías veces, llegué a la conclusión de que era Don Mariano en estado puro, emocionado hablando del Monasterio, contando sus experiencias desde que lo adquirió y que además era una aportación fundamental para conocer la importancia que tuvo y tiene el recinto monacal, tanto a nivel histórico como artístico.
Llegado un punto pensé que no me podía quedar el vídeo y que había que publicarlos para que todo el mundo pudiera sentir la misma emoción que yo tuve al volver a escuchar a Don Mariano. Y así lo hice, publicándolos en Youtube. Sin duda, formarán parte de la hemeroteca de la Historia del Monasterio. A raíz de ahí, me puse a investigar sobre las películas en las que el Monasterio fue usado como escenario durante el siglo XX y ya he conseguido recuperar en mi canal de Youtube diez videos en los que aparecen las ruinas cistercienses y además con importantes actores de la época.

Imagen de The Blancheville Monster. En la otra imagen un plano de 100 rifles.

En ellas se puede apreciar la evolución de algunos elementos arquitectónicos. Por ejemplo,  en “Los que tocan el piano” (1968) con Tony Leblanc, Concha Velasco y  “100 Rifles” (1969), protagonizada por Burt Reynolds y Raquel Welch, se podían ver los santos en la fachada de la iglesia y un poco después, en la película “La Noche de Walpurgis” protagonizada por Paul Naschy o  “Cannon for Córdoba” con George Peppard, estos habían desaparecido. Hoy, estas figuras están, afortunadamente, de nuevo en el Monasterio.
Mención aparte merece el film “The Blancheville Monster” de 1963, donde se puede observar el claustro casi completo, un pozo en su centro y la capilla mozárabe. Además de la nave de la iglesia y el coro alto casi con su estructura original.  Las imágenes más antiguas que he encontrado corresponden al NODO de 1958 con parte de los arcos de la iglesia aún en su lugar.
Esto es sólo un pequeño y humilde homenaje personal a Don Mariano, pero su labor debería ser  reconocida principalmente por las instituciones madrileñas en un futuro no muy lejano. Las imágenes de las películas muestran el lamentable estado en el que se encontró el Monasterio cuando lo adquirió. La labor de desescombro, catalogación de piezas y levantamiento de planos sin apoyos públicos debería ser admirada y agradecida por la Comunidad de Madrid.
Mientras tanto, todos podemos aportar un granito de arena para recordarle y cumplir sus sueños: consolidar y rehabilitar el Monasterio, reunir toda la información documental posible relacionada con el mismo, que sea conocido en toda España y poder abrirlo a las visitas de forma regular. Este sería el mejor homenaje para recordar a Don Mariano y celebrar que el camino de su vida se cruzara con el de Pelayos de la Presa y su Monasterio.

Mario Cuellar fue concejal de Pelayos de la Presa.

Descargar páginas 24 y 25 A21 mayo 2017

Publicado en Actualidad, Sierra OesteComentario (1)

El Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias de Pelayos de la Presa será restaurado el primer trimestre de 2013 con casi dos millones de euros

La Comunidad de Madrid  presentó ayer miércoles 22 de agosto los trabajos de restauración y consolidación que se dispone a acometer en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, situado en el término municipal de Pelayos de la Presa. Se trata de un conjunto de edificaciones del siglo XII, antiguo templo de la orden del Císter, de gran interés histórico y arquitectónico. El viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno regional, Javier Hernández, visitó este monumento acompañado por el alcalde de Pelayos de la Presa, Herminio Cercas. Y detalló que ya se ha garantizado la financiación y se ha redactado el proyecto de restauración.

Continuar Leyendo

Publicado en Sierra OesteComentarios (0)

Pelayos de la Presa rinde homenaje a Mariano García Benito con un funeral en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias

Ayer viernes 8 de junio a las 20 horas tuvo lugar un merecido homenaje con una misa funeral, a Mariano García Benito, arquitecto y propietario desde 1974 del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, situado en el término municipal de Pelayos de la Presa que fue cedido al pueblo de Pelayos el 3 de diciembre de 2003. Durante la misa, el párroco de Pelayos de la Presa, Gonzalo Moreno, dirigió unas sentidas palabras por la memoria y el recuerdo de Mariano García Benito.

Continuar Leyendo

Publicado en Sierra OesteComentarios (0)

Fallece Mariano García Benito, presidente de la Fundación del Monasterio de Pelayos de la Presa

Hoy viernes 18 de mayo ha fallecido a causa de una enfermedad a los 83 años Mariano García Benito, arquitecto y propietario desde 1974 del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, situado en el término municipal de Pelayos de la Presa. García Benito adquirió en 1974 el Monasterio tras leer en un periódico madrileño el siguiene anuncio: “Sesenta kilómetros Madrid, vendo ruinas, magnífico monasterio”. Mariano García Benito era también presidente de la Fundación Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias.

Continuar Leyendo

Publicado en Sierra OesteComentario (1)


"EDICIÓN IMPRESA">EDICION IMPRESA

 

 

PRÓXIMA

 

EDICIÓN IMPRESA

 

29 de MARZO

  Chollocolchon   Chollocolchon

 

A21 SIERRA OESTE

 

 

marzo 2024
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031
Verificado por MonsterInsights