Publicada el 26 febrero 2013.
El equipo de gobierno de este municipio abulense tiene la intención de ¿privatizar?, ¿modernizar?, el servicio municipal del agua. Se trata de una cuestión que tiene mucho eco en el Valle del Tiétar y que es de interés para otras localidades por el modelo que puede suponer en el futuro de la gestión local de este recurso. A día de hoy, al haber sido impugnado el proceso por una de las empresas concursantes, la resolución del mismo se encuentra en manos del Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de Castilla y León. La Plataforma opuesta a esta iniciativa ha solicitado un referéndum. Hemos querido contraponer las dos posiciones a fin de que los lectores tengan una opinión más informada sobre el asunto.
Pilar Diego, miembro de la Plataforma contra la Especulación Urbanística y Ambiental de Candeleda
Dada la crisis recaudatoria de los consistorios, ¿no cree que están obligados, de alguna manera, a establecer medidas de este tipo?
De ninguna manera. Sería “pan para hoy y hambre para mañana” en el mejor de los casos. No se puede vender un bien común, un derecho humano y un derecho ciudadano, como es el agua, hipotecando el futuro de la población y poniendo en peligro la garantía de acceso universal que sólo la gestión pública ofrece.
En el caso de Candeleda, es aún más sangrante, ya que el ayuntamiento no necesita financiación, puesto que dispone de remanente en tesorería. Además, las condiciones que impone el pliego a concurso son altamente ventajosas para la empresa que se quede con el servicio, y nefastas para los vecinos.
Si bien es cierto que el primer objetivo de una empresa es la rentabilidad económica –si no, sería otra cosa, una ONG o algo así–, ¿no le parece que está obligada a dar un buen servicio para mantener su contrato o bien para renovarlo en el futuro?
Estas empresas no están obligadas a ofrecer mejores servicios, entre otras cosas porque las condiciones de los contratos que ponen sobre la mesa, las redactan e imponen ellas mismas. El enorme poder de estas compañías frente a la debilidad de las instituciones públicas locales favorece la “captura del regulador”.
Las empresas sólo compiten para conseguir el contrato que suele ser de 25 a 50 años, pero después ya no existe competencia, no existe un regulador, ni fiscalización por parte de la administración pública. No tienen que rendir cuentas y tienen en sus manos un negocio de alta rentabilidad, gran liquidez y baja morosidad, puesto que el consumo es seguro.Obtener un mayor beneficio económico se traduce en bajar la calidad del agua y del servicio y aumentar las tarifas.
Convenza al lector, en pocas palabras, de la necesidad de oponerse a esta iniciativa.
El agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y conservar.
Los servicios básicos de abastecimiento y saneamiento son un derecho humano, y por tanto su provisión es una responsabilidad del estado.Una empresa privada no garantiza una mayor calidad del agua o una mejora en los servicios al ciudadano.
El objetivo de una empresa privada es obtener un beneficio económico, mientras que en la gestión pública el objetivo es el servicio al ciudadano y se debería reinvertir todo lo que se recauda en mejoras de ese servicio.
Gobierno Municipal
¿Cree compatible el derecho a un agua potable de calidad, como servicio público universal, con el objetivo de la rentabilidad de la empresa privada? Al menos, ¿no le parece que puede haber contradicciones?
La prestación del Servicio Público Municipal de Candeleda es y seguirá siendo pública y universal. La convivencia entre el sector público y el privado está garantizada por la Constitución, y los dos están obligados a trabajar por el interés general, complementándose en muchos casos. La Constitución y la Ley de Aguas consideran el agua como un bien de dominio público, por tanto no se puede privatizar: las infraestructuras que conducen y soportan el agua son y seguirán siendo de titularidad municipal, por tanto públicas y de los candeledanos. No existe ninguna contradicción porque lo que se pretende es contar con la colaboración de una empresa técnicamente preparada y especializada que, dirigida política y administrativamente por el Ayuntamiento, colabore a una mejor gestión de los recursos hídricos de forma eficaz, eficiente, sostenible y comprometida con el medio ambiente.
¿Se ha hecho un cálculo del ahorro previsto y, en caso afirmativo, es pública esta información?
El sistema actual es deficitario, es necesaria una importante inversión para modernizar el servicio integral de gestión del agua para asegurarnos el futuro de los recursos hídricos. Evidentemente, existe un plan económico-financiero cuya información es pública y que nos indica la conveniencia de contar con la colaboración de una empresa especializada para la gestión del agua, con el objetivo de mejorar, modernizar y ofrecer un agua de calidad. Se han hecho varios estudios por técnicos independientes, y las conclusiones arrojan un saldo preocupante: las instalaciones de captación y distribución están obsoletas debido a la falta de inversiones de otros Gobiernos Municipales que nada han hecho por el futuro del agua. Además de tratarse de un bien social, es un recurso generador de empleo para el turismo, el sector agrario y la pequeña industria de transformación agroalimentaria.
Convenza al lector, en pocas palabras, de las ventajas de esta medida.
El servicio municipal del agua va a seguir siendo público; lo único que se está haciendo es contratar a una empresa para que, subordinada a las decisiones del Ayuntamiento, lo gestione de forma más eficaz y eficiente, modernizando las instalaciones y mejorando la calidad del agua. Recordemos que la empresa no sería propietaria ni titular, ni del agua ni de las infraestructuras. Es urgente poner coto a los desmanes en la distribución del agua, mejorar las infraestructuras, acabar con los consumidores que no pagan, eliminar las tuberías de fibrocemento que existen en más de 50 calles y que pueden provocar cáncer. Hay que regularizar las concesiones irregulares que han dado los anteriores gobiernos municipales. En la actualidad se pierde el 85% del agua tratada. Se mezclan en algunos tramos las aguas fecales, con las de riego y pluviales. Es la hora de dar una respuesta al problema del agua.
Jorge Felipe García.
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