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Crónica de la participación del alcalde y el secretario de Aldea del Fresno en el Panda Raid

El alcalde de Aldea del Fresno, Guillermo Celeiro, y el secretario municipal, Enrique Asprón, formaron el equipo 56 de los 75 que participaron en el rally Panda Raid que se celebró entre el 2 y el 10 de marzo. Recorrieron 4.000 kilómetros hasta la ciudad marroquí de Essaouira. Ambos llevaban trabajando en su Seat Marbella más de un año y recopilando el material escolar que llevaron a una escuela del sur de Marruecos. Cada vehículo tenía que portar, al menos, 40 kilos de material. Ellos recopilaron más de 60 gracias a patrocinadores, familia y amigos.

En este rally solidario participan coches modelo Fiat Panda, Seat Panda, Seat Marbella y Fiat Panda 4×4. El rally comenzó el 2 de marzo en el estadio Santiago Bernabéu y de ahí los participantes se trasladaron a Algeciras y a Marruecos, donde se celebraron siete etapas. Guillermo Celeiro recordó: “Aunque la parte humanitaria ha sido sobrecogedora, la dureza del raid ha sido extrema. Por las noches soportábamos 7 grados bajo cero y por el día más de 40. Además hemos pasado muchos días sin ducha, sin agua, sin aseos y sin comida”.

Y añadió: “Debido a los 5.000 kilómetros y a las vibraciones se han averiado los móviles e incluso hemos perdido algún empaste bucal. Nuestro Panda ha resistido como un jabato pero las averías en otros equipos han sido múltiples. Hemos terminado en el puesto 23 de los pandas 4×2 (salieron más de 70 desde Madrid) y lo hemos conseguido utilizando la cabeza, como nos habían recomendado.
El objetivo se ha conseguido. Entre todos hemos llevado 4.000 kilos de material escolar que la asociación Camino al Sur se encargará de repartir por las aldeas más desfavorecidas. En esta zona, al sur del Átlas y próxima a Mauritania, la vida nos muestra su máxima dureza: ninguna persona tiene calzado y ninguna casa tiene techo. Allí los niños viven solos desde los 6 años, en mitad de desiertos de cientos de kilómetros. El resumen general es que, en esta aventura, la parte humanitaria ha sido sobrecogedora y la parte competición ha sido durísima”.

Diario de las etapas:

Etapa 1: Tánger-El Hajeb

La primera etapa en suelo africano comenzaba muy temprano en el puerto de Algeciras. En la explanada frente al ferry se congregaban los Panda para cruzar el Estrecho y adentrarse en la aventura que les esperaba al otro lado del mar. Todos estaban allí, todos menos uno, los participantes procedentes de Sevilla con el dorsal 79, que sufrían una avería en su vehículo y decidían reparar en España para más tarde tomar otro ferry y unirse al resto de vehículos.

Tras una travesía de una hora en el barco, con reunión explicativa a los participantes por parte de la organización, los Panda ya están en suelo marroquí. Aduana, un breve papeleo y comienza el desfile de Pandas por las carreteras atlánticas del norte de Africa. Tras algunos kilómetros por asfalto, los vehiculos llegan a la primera especial en tierra. En la salida lo primero que encuentran son niños y vecinos del lugar que se acercan para ver a los valientes aventureros que comienzan su andadura; no saben que éstos ya llevan a sus espaldas cerca de un millar de kilómetros.

El recorrido fuera del asfalto previsto por la organización es una primera toma de contacto para los participantes llegados de todos los rincones de la península. Se trata de una pista rodeada de pinares y bosques de alcornoques con tierra rojiza y algunas zonas arenosas con algo de dificultad, y donde algunos de ellos han tenido que estrenar la pala y los brazos para ayudar a otros participantes. Al finalizar el sinuoso recorrido todos ellos se han dirigido al vivaque construido en las cercanías de El Hajeb y donde les esperaba una grata sorpresa. Desde la lejanía y en medio de la oscuridad se divisaba lo que parecía un pueblo. Estaban equivocados, era el campamento montado con jaimas, cocineros, baños, asistencia mecánica y una gran hoguera que daba la bienvenida a la caravana. Tras la cena y el briefing de la organización, ahora toca descansar para la dura etapa de mañana.

Etapa 2: El Hajeb-Errachidia

El sol sorprendía a los participantes de Panda Raid desayunando en las haimas del campamento al calor de la hoguera central. Ninguno podía imaginarse dónde habían dormido y el porqué del frío que hubo por la noche; estaban a los pies de la cordillera del Atlas, con cumbres nevadas a escasos kilómetros de sus tiendas.

Tras el reconfortante desayuno, la caravana se dirige hacia el sur teniendo que atravesar las montañas del medio Atlas antes de llegar a las espectaculares llanuras rojizas previas a la zona desértica donde acabarían la jornada. Sin duda, la de hoy ha sido una etapa de contrastes: primero nieve, luego espacios abiertos hasta casi el infinito, más tarde desiertos de piedras y finalmente las primeras dunas de arena, donde dormirán esta noche para mañana adentrarse en ellas por completo.

A esta segunda etapa de la cuarta edición de Panda Raid salían 69 equipos para realizar el recorrido dividido en dos partes. En la primera las dificultades comenzaban a escasos cien metros de la salida y los participantes tenían que atravesar un río, varios pedregales y zonas donde podían perderse con facilidad. En la segunda parte tenían que atravesar un desierto de piedras volcánicas y pasos por ríos secos. En palabras de un grupo de participantes, que se esperan para hacer el recorrido en compañía, los dorsales 57, 58 y 59: “Ha sido una etapa muy bonita, nos hemos divertido muchísimo desde el principio, desde el primer tramo con el río. Ha sido también muy duro, los coches han sufrido bastante; ahora nos toca reparar los bajos de los coches. La segunda parte ha sido cachondísima porque ha habido mucha navegación, sobre todo para nosotros que somos todos informáticos y de telecomunicaciones y nunca habíamos hecho algo parecido”.

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Etapa 3: Errachidia-Merzouga

Brillaba un espléndido sol a la hora de levantarse en el campamento de haimas de la segunda noche en África. La primera meta era el colegio donde se repartirían los más de veinte kilos de material escolar que cada participante transportaba desde su lugar de origen. Concentrándose en el campo de fútbol, los 138 participantes cruzaban la carretera para llevar ellos mismos los cuadernos, bolígrafos o mochilas para los escolares de Errachidia. Allí les estaban esperando todos los niños uniformados de gala, representantes del gobierno y la asociación Camino del Sur. Tras algunas canciones de los sonrientes y algo avergonzados pequeños, se realizaba la entrega simbólica del material a cambio de un dibujo que ellos mismos habían realizado.

Mientras algunos participantes jugaban a la comba o al fútbol, otros ya comenzaban a salir rumbo al valle del Ziz, seguro que uno de los lugares más bellos por los que pasa Panda Raid. Tras un enlace por carretera salpicado por poblaciones pintorescas, los Panda llegaban a un pista de tierra donde el paso de un río seco con bastante arena hacía sufrir a más de uno. Pasada la arena, una inmensa llanura hacía las delicias de los participantes por sus pistas paralelas y, por un rato, ausencia de baches. Una última zona más arenosa era una trampa para muchos de ellos, que se quedaban atascados en la arena bajo la indiferente mirada de los dromedarios allí residentes.

Llegada a la base del día en una preciosa kasbah para pasar el control de la organización y tras ello dirigirse a una prueba especial en las dunas Ergchegi. Allí todos debían pasar sobre las dunas y demostrar su destreza en un recorrido diseñado por la organización. Acabando ya tras el ocaso, los Panda llegan de nuevo a la kasbah para el merecido descanso antes de la dura etapa de mañana.
A la llegada de esta segunda etapa les esperaban de nuevo las haimas, las duchas, la cena y el camión de asistencia mecánica para mañana salir a la tercera etapa con todas las garantías y fuerzas renovadas. Lo que cambiaba, el lugar: en esta ocasión al pie de las dunas de Errachidia.

Etapa 4: Merzouga-Alnif

La caravana de Pandas ha salido esta mañana del campamento situado en la kasbah de la región de Merzouga más temprano que en la jornada anterior ya que el itinerario a realizar entrañaba más dificultades y tenía mayor distancia por pistas de tierra. Todos salían del campamento aunque no todos habían dormido en él. Aprovechando la cercanía de las dunas, varios fueron los participantes que decidieron dormir en ellas; otros optaron por dormir dentro del recinto amurallado.

El recorrido comenzaba por el camino llamado la amada del Mharech, una zona desértica de amplísimos horizontes con zonas de arena, algunas difíciles de sortear. Tras pasar montañas de formas y colores muy extraños para los que vivimos en la península, los participantes llegaban a una llanura de más de cincuenta kilómetros de pistas para llegar al oasis de Mharech, un palmeral repleto de dromedarios y un buen lugar donde hacer un pequeño receso antes de llegar a un chott como lo llaman los bereberes o gran lago seco como lo podríamos llamar nosotros.

Tras el chott, otra llanura, más zonas arenosas, palmerales. Ha sido una etapa dura, larga y muy emocionante para los participantes del Panda Raid, que llegaban al campamento situado bajo una bonita colina rematada por una luna casi llena. La jornada de hoy ha sido una pasarela de dromedarios, grandes paisajes, acacias, arena, todo un placer para la vista. Para rematar el día, antes de la cena preparada al más puro estilo bereber, los participantes han podido disfrutar del folclore típico marroquí con bailes y cánticos regionales en su honor.

Etapa: 5: Maratón Alnif-Essaouira

Muchos nervios y mucha ilusión para la etapa maratón de dos días, 7 y 8 de marzo, en la que los participantes tenían que recorrer más de 826 kilómetros hasta llegar a Essaouira, al borde del océano Atlántico. La primera jornada se iniciaba con un briefing de la organización explicando los pormenores de la prueba y aconsejando a los pilotos y copilotos de los Panda conservar la mecánica ante la dura prueba que se les avecinaba. Con salida en el campamento de Alnif, los 69 supervivientes hasta ese momento se dirigieron hacia una prueba especial de orientación donde tenían que buscar dos puntos de difícil localización, pues solo podían basarse en distancias y rumbos para encontrarlos.

Tras ello una pista eterna de tierra con zonas de arena y piedras, todo un desafío para los participantes que debían llegar antes de una hora al control de final de día, teniendo prohibida la circulación cuando el sol desapareciera del cielo marroquí. 53 lograron el objetivo. El resto tomaron camino de Essaouira teniendo que hacerlo por camino alternativo.

La noche para los que se mantenían en pista fue toda una fiesta. Los participantes podían acampar a lo largo de treinta kilómetros y pronto se hicieron pequeños campamentos donde se compartía hoguera, comida y conversación; algunos de ellos hasta altas horas de la madrugada hablando de las aventuras y desventuras que les habían pasado a bordo de sus Panda. La luna llena no quiso perderse las narraciones y chistes de los acampados y les iluminaba en su noche en el desierto.

A primera hora de la mañana del segundo día los supervivientes tenían aún 500 kilómetros hasta la playa. Más pistas de tierra llenas de piedras y dromedarios les esperaban para el desayuno. Después carretera asfaltada hasta la costa para, desde la turística ciudad de Agadir, circular por la carretera de la costa plagada de curvas, bonitos paisajes e impresionantes playas repletas de surfistas. Finalizaban en Essaouira donde reparaciones mecánicas esperaban a los Panda y cena, ducha y cama a los participantes.

Etapa 6, última: Essaouira-Essaouira

Aprovechando las primeras horas de la mañana, los Pandas realizaron un recorrido bordeando el océano Atlántico para celebrar todos juntos como fin de fiesta el haber llegado hasta allí. Con salida en el lado norte de la playa y dos pasos arenosos con algo de dificultad, los participantes se reagruparon en el otro extremo de la espectacular playa. A continuación realizaban el trayecto inverso con salida en grupos de diez vehículos.

Tras el recorrido matinal, y observados por el asombrado público que a esa hora se encontraba en la playa, todos los participantes encendieron sus bengalas para la foto de familia. Abrazos, lágrimas de alegría, cánticos y bailes adornaron los últimos momentos de la fiesta.

Por la tarde se aprovechó para hacer maletas, lavar los coches y descansar un poco antes de la entrega de premios. Ya de noche llegó la cena en un emblemático restaurante, después la fiesta y finalmente se hizo entrega de los premios a los ganadores de cada categoría: 4×4, 4×2, equipo de estudiantes, mejor decoración y al equipo femenino. Como sorpresa unos regalos y un pastel de cumpleaños para tres de los participantes que cumplían años ese mismo día. Todos ellos se sentían orgullosos de haber podido terminar y hacían planes para la edición de Panda Raid 2013. La sensación general entre los participantes fue de haber pasado unos días inolvidables, toda una aventura que ya están deseando repetir.

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