Este 2020 quedará marcado para muchos corredores populares como un año en blanco en su palmarés competitivo. Desde que acabó el primer estado de alarma, el número de pruebas celebradas en España se ha contabilizado a cuentagotas. Desde el verano, tan solo se han organizado un puñado de carreras en la Comunidad de Madrid, y ninguna de ellas fue en la Sierra Oeste. Competiciones clásicas en el calendario como la carrera Villa de Sotillo, con 48 ediciones a sus espaldas, la Media Maratón El Castañar de El Tiemblo (27 ediciones), la carrera Luis Miguel Martín Berlanas de San Martín de Valdeiglesias (13 ediciones) o la Legua de Villanueva de Perales (7 ediciones) tendrán que esperar, al menos, hasta el verano de 2021 para volver a disputarse.
Muy pocas son las localidades que amanecieron un domingo cualquiera de este año con las calles o caminos cortados por una carrera popular. El Trail de Villar del Olmo, la Churrigueresca de Nuevo Baztán, la Legua de Pozuelo del Rey o el 10K de Alcobendas han sido algunos de los pocos eventos no cancelados. Todas las competiciones que se están celebrando y que hay aún programadas hasta final de año están siguiendo un estricto protocolo de seguridad ante la Covid-19 que incluye, entre otros aspectos, limitación del número de corredores, por lo general no más de 500, salidas escalonadas, uso de mascarilla obligatoria durante el calentamiento y nada más concluir la competición, y toma de temperatura a cada participante.
La mayoría de ayuntamientos y sus respectivas concejalías de Deportes, como la de Sotillo de la Adrada, responsable de la organización de la veterana Carrera Popular Villa de Sotillo y de otras pruebas a lo largo del año como el Borbollón trail o la San Silvestre Sotillana, optaron por cancelar todas las pruebas y emplazar a los atletas a 2021, en las fechas habituales de cada competición. La primera carrera que podría reaparecer, siempre que la evolución epidemiológica lo permita, sería la Media Maratón y 10K de montaña Borbollón trail, que en 2019 fue una de las primeras afectadas por la pandemia al haber sido programada para el 15 de marzo. La carrera se aplazó al 18 de octubre pero al final se canceló debido al agravamiento de la crisis sanitaria.
Las dificultades para sacar adelante una carrera popular
El Club de Atletismo Valdeiglesias Martín Berlanas, el único federado de la Sierra Oeste y todo un referente de este deporte en la comarca, se quedó sin organizar en septiembre la clásica carrera que lleva el nombre del atleta olímpico Luis Miguel Martín Berlanas. Una de las entrenadoras del club, Ana Martín, campeona de España Máster en diferentes modalidades de lanzamiento, se refirió a las dificultades económicas y organizativas que supone la organización de una carrera popular para un club pequeño como el suyo, en el que unas pocas personas son las que invierten su tiempo libre en buscar patrocinadores para un evento que, en la situación actual, precisaría de una mayor inversión por los protocolos de seguridad requeridos y el número muy limitado de atletas admitidos. “Una cosa es no ganar dinero, que no se gana normalmente, y otra cosa es que el club pierda dinero con la carrera”, indica Alicia Martín, que priorizó el compromiso del club con la formación de atletas de su escuela en estos momentos por encima de la organización puntual de una carrera popular.
El temor a que un eventual repunte en la tasa de incidencia se achaque a una carrera propició también que muchos organizadores decidiesen no arriesgarse a organizar pruebas durante el pasado verano, como fue el caso de la Milla de Pelayos de la Presa que organiza Héctor Sin, encargado del polideportivo municipal, que sopesó la posibilidad de hacerla modo “contrarreloj individual”. Pero “por hacer algo bueno te has buscado un problema” si suben los casos, afirma Héctor, que es a su vez atleta popular y que el año pasado se subió al podio de la San Silvestre Pelayera, una carrera que, tras seis ediciones disputadas, se está haciendo un hueco en el calendario de populares de la Sierra Oeste. Sin embargo, estas Navidades no habrá carrera de fin de año en Pelayos según confirman sus organizadores, que barajan la posibilidad de proponer una carrera virtual, manteniendo el carácter solidario de la misma y su aportación al banco de alimentos.
Los confinamientos perimetrales en zonas básicas de salud de Madrid obligaron a la cancelación definitiva de carreras como la Legua de Villanueva de Perales, fijada para el 18 de octubre, aplazada en un primer momento y cancelada dos semanas después. Como confirma Juan Manuel Agejas, gerente de la AD Marathon, club encargado de la dirección técnica del evento, “el Ayuntamiento estaba muy convencido de hacer la prueba pero los confinamientos perimetrales de ciertas zonas de alta población de Madrid capital y alrededores hacían que nos quedáramos sin participantes, por lo que se decidió cancelar dado que no sabíamos cómo iban a evolucionar esos confinamientos”. Estas medidas están afectando también a los entrenamientos del Atletismo Valdeiglesias, que cuenta con atletas residentes en Castilla y León y que, por el cierre perimetral de la comunidad autónoma, ha tenido que formar un grupo para entrenar en Cebreros gracias a que la monitora Alicia Martín es residente en esa localidad.
Sin San Silvestres ni carreras navideñas en la Sierra Oeste
Las carreras de “San Silvestre” generaron debate en la opinión pública a finales de noviembre tras conocerse el borrador del Gobierno con “propuestas de medidas de salud pública frente a la Covid-19 para la celebración de las fiestas navideñas”, que permitían estas competiciones “siempre que no interfieran con la limitación horaria de la movilidad nocturna y utilizando estrategias para disminuir el contacto entre los corredores”. Muchos titulares de prensa contribuyeron a generar una polémica infundada dando a entender que se celebraría la San Silvestre Vallecana, con más de 40.000 inscritos en 2019, cuando los organizadores ya habían hecho oficial que la prueba popular sería virtual. Además, ese borrador no añadía nada nuevo con respecto a las carreras populares, ya que en todos estos meses se habían seguido celebrando competiciones al aire libre, aunque en un número muy reducido y siguiendo diversos protocolos de seguridad consensuados con las autoridades locales de cada municipio.
Las “San Silvestres” solo son otra forma más que adoptan las carreras que inundan los calendarios de atletismo cada mes de diciembre. La mayoría son eventos que se celebran el fin de semana previo a Nochevieja o incluso antes, y son pruebas que distan mucho de la masificación de la Vallecana. En la Comunidad de Madrid se programaron en 2019 un total de 33 carreras de San Silvestre, la mayoría con menos de mil participantes, entre los días 15 y 31 de un mes que contó por supuesto con otras muchas competiciones con otros nombres oficiales.
Este año será muy diferente. Por el momento solo están confirmadas la San Silvestre de Hortaleza, con un límite de 500 corredores ya cubierto y con salidas por tandas, la de Pedrezuela y la del circuito del Jarama – María de Villota, así como la San Silvestre Vallecana internacional, limitada a 250 corredores por sexo que acrediten marcas por debajo de 34 minutos para hombres y 40 para mujeres en 10 kilómetros, y que se celebrará en un circuito cerrado en el Ensanche de Vallecas. En nuestra comarca y en las abulenses Valle del Tiétar, Valle del Alberche y Pinares seguirá sin haber carreras estas Navidades. Como ya se ha hecho referencia, no se celebrarán ni la San Silvestre Sotillana, que este año iba a cumplir su décima edición, ni la Pelayera, como tampoco habrá carrera navideña en San Martín de Valdeiglesias ni en ningún otro municipio. Para el 31 de enero sigue programado el tradicional Cross Alpino Cebrereño, pero todavía no se ha hecho oficial si finalmente se podrá celebrar. Está por ver si la inminente campaña de vacunación de la Covid-19 y el éxito organizativo de las carreras que se están celebrando, permite poco a poco el regreso de las populares a nuestra comarca en 2021.
Sergio Lizana Calvo.